Las crisis sanitarias han sido recurrentes a lo largo de los
siglos en nuestra población, si bien es cierto que las más conocidas son las pandemias causadas por la enfermedad
conocida como peste, a partir del
último tercio del siglo XVIII Carmona sufrirá repetidas epidemias de fiebres
tercianas o paludismo en 1779 en la que murieron varios de sus habitantes;
repitiéndose en 1781 y que tuvo como
foco la cárcel municipal aunque pudo contenerse, no así la desarrollada entre
1787/88 que infectó a 1.400 habitantes y de la que murieron 112 que motivó que
el Concejo de la ciudad hiciera voto de ir en procesión cada 8 de septiembre al
Monasterio de Gracia y contrayendo la obligación de sufragar anualmente la
procesión cívica de la Corporación y de la Junta de Sanidad y de dos funciones
religiosas, que años más tarde promovió su declaración como Patrona de Carmona.
En el primer libro de Actas de la Orden
Tercera, recién trasladada al Salvador y enfrascada en un largo pleito con las
Esclavas, no se reseña nada sobre esta
última epidemia.
En el verano de 1800 se darán en
Cádiz los primeros brotes de fiebre amarilla, denominada así a la ictericia que
presentan algunos pacientes y cuyos
síntomas son: fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas,
vómitos y cansancio y en ese momento la muerte de una gran mayoría de
pacientes. Esta enfermedad era trasmitida por la picadura del mosquito con lo
cual se propagó rápidamente por todo el territorio llegando a Sevilla en pocos
días afectando al barrio de Triana en primer lugar - obligando al cierre de la
parroquia- y en cuatro semanas toda la ciudad estaba infectada causando según
algunos cronistas de la época unas 18.000 muertes de sus ochenta mil
habitantes. En el mes de octubre se alcanzó la cifra de 460 muertos en un día .
La Junta Sanitaria provincial
decidió el aislamiento de las poblaciones no afectadas - medidas todavía
eficientes-. El retraso de esas medidas
fue la causante de la propagación virulenta de la enfermedad. En el caso de
Carmona el puesto fronterizo se colocó en la villa de Mairena quedando el Viso
y Carmona en la zona saneada. En nuestra ciudad se establecieron las tropas encargadas del aislamiento y no pudiendo el
Concejo de la ciudad reunir los 60.000 reales necesarios tuvo que pedir crédito
a las autoridades religiosas. Las calles de acceso a la ciudad se cerraron con
tablones o se tapiaron para evitar el ingreso de personas provenientes de otras
poblaciones y se colocaron garitas con guardias para controlar los movimientos
dentro de las murallas, aunque sus pobladores saltaban por las tapias de los
corrales para salir al campo o a faenar.
Se determinó la instalación de tres
hospitales de campaña en el Real, Alcaudete y puente del Corbones, la
contratación de nuevo personal sanitario y la obligación del vecindario de
limpiar calles y muladares frecuentemente así como prohibir los entierros en
iglesias y conventos - nada nuevo bajo el sol-.
El Arzobispo ordenó se hicieran
rogativas y Carmona acudió a las devociones habituales en estos casos desde
antiguo: a los conventos de San Roque y al de San Sebastián, a los que asistió
en procesión el Concejo municipal. Luego salieron las imágenes de San
Teodomiro, Virgen del Rosario y por último se acudió al Monasterio de Gracia solicitando
la población su traída a la iglesia Prioral donde se celebraron diversas
novenas de rogativas extendiéndose la enfermedad gracias a las aglomeraciones
de los fieles ...aunque al llegar el mes de noviembre y reducirse las muertes
las autoridades juzgaron ser por mediación de las rogativas.
Rogativas al santo Crucifijo de San Felipe
A fines de septiembre la epidemia
se llevaba un promedio de dos muertos diarios en las parroquias de San Felipe
cuya feligresía conoció la mayor mortandad junto con la de santa María, esta
situación promovió la salida en rogativas de la milagrosa imagen del
Crucificado de la parroquia y conocido como Cristo de San Felipe al que la
ciudad había acudido en momentos parecidos así como por la falta de lluvia.
Por medio de Don Pedro Ruiz, cura
de San Felipe y por los hermanos de la hermandad del Cristo, se le comunicó a
la Orden Tercera de los Siervos:"que haviendo determinado estos sacar en
prosesión de Rogativas a efecto de implorar su misericordia para haplacar el
Contajio que amenaza este pueblo" motivo por el que suplicaban que la
"Santa ymagen de los Dolores a Compañara a su Santísmo hijo en la esperada
prosesión " por este motivo se
reunieron los oficiales de los Siervos el 28 de septiembre de 1800 para decidir
sobre la petición y tras una liberación se acordó: "que estaba pronta la
Santa Ymagen para el efecto qe se espera y que se havisarán a nuestros siervos
pa qe igualmente se tratase el modo y desencia con qe la Hermandad del
Santísimo Cristo havía de formar su
prosepsión pa que con el mismo haparato se llevara y trajera a nuestra Madre y
Señora acordándose en todo las dos hermandades".
Junto al Acta se incluye una Nota:
"El siguiente dia 29 de Sep. del mismo mes y año pasó a Nuestra yglesia de
Nuestro Sr. el Sarvador la Hermandad del SSmo. Cristo de San Felipe, y
acompañandolo Nuestra Orden tersera llevado a Nuestra Madre y Señora a la
Yglesia de Nuestro Sr. San Felipe" de donde se desprende que los hermanos
del Cristo vinieron al traslado procesional de la Imagen de la Virgen de los
Dolores en unión de los terciarios, de
igual manera se devolvió la imagen tras la procesión de rogativas de la
Parroquia de San Felipe " de donde salió la prosesión". (Acta del 28 de septiembre de 1800. Libro
Primero de Actas).
Las consecuencias económicas
posteriores fueron terribles por el confinamiento de las poblaciones que no
permitieron la venta ni traslado de mercancías hasta 1805 además de las malas
cosechas y los temporales de lluvias de los siguientes años, que movió a la ciudad
hambrienta y exhausta a buscar la ayuda
del Cielo con el nombramiento de Nuestra Señora de Gracia como Patrona en 1804.
La situación tras la plaga debió
desestructurar la sociedad carmonense
pues al año siguiente aún no había podido celebrarse el cabildo anual de los
siervos y en 1801 hubieron de convocarse cuatro reuniones para reorganizar la
vida institucional con el nombramiento de nuevos cargos, solicitud de limosnas
para las misas de todos los viernes o del septenario pero recuperándose la salida procesional el Domingo de Ramos
siguiendo el modelo de la de Sevilla y encargándose un nuevo vestido para la
imagen de la Virgen de los Dolores .
Fuentes:
- Libro Primero de Actas de la
Orden Tercera de los Siervos.
- NAVARRO DOMÍNGUEZ, J.M:
Oligarquía, control municipal y corrupción en Carmona en los inicios del siglo
XIX. I Jornadas de Historia y Patrimonio
de la Provincia de Sevilla. 2004.
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