Historia, teología y devoción
El período
entre los años de 1233 a 1249 transforman a un simple grupo de mercaderes devotos de la Virgen y pertenecientes a la
Sociedad Mayor de Florencia en una congregación: tras un tiempo de experiencia eremítica llevan una vida religiosa
reglada; de vivir en una cabaña fuera de
los muros de la ciudad a levantar un oratorio y nuevo convento en Cafaggio (
finca )del Obispo, pasando por la soledad de las cuevas de Monte Senario. La presencia
del dominico San Pedro Mártir en 1243 en Florencia como enviado pontificio y su relación con el grupo de los fundadores
determinará esta evolución con la
adopción de la Regla de San Agustín y del hábito.
Una época en
que las ciudades del norte de Italia se debaten entre los partidarios del
papado y los del emperador, entre católicos y los movimientos heréticos, entre
nobleza y burguesía. Guerras entre las
ciudades vecinas y en las propias calles florentinas que terminarán en 1250 con
la expulsión del Podesta y de los partidarios del emperador y el
establecimiento de la primera república del Pueblo. Existe una estrecha relación
entre el triunfo del grupo güelfo fieles a las tesis del papado y la fundación del convento o residencia en
Cafaggio: la petición de erigir el convento de Cafaggio es del 18
de febrero, la colocación de la primera piedra y consagración del terreno es el
25 de marzo, y la constitución de la República el 20 de octubre del mismo año.
La elección
del misterio de la Anunciación no es aleatoria o sólo devocional, responde a
una clara defensa de la ortodoxia
católica de la nueva orden, manifestación contra los herejes patarinos que
negaban la maternidad divina de María. De esta forma los Siervos se ligan al
partido güelfo, confesándose fieles al
magisterio de Roma y del partido de los creadores
de la Constitución florentina.
Según la
mentalidad medieval, el día de la muerte de un hombre coincidía con el de su
concepción, razón por la que para muchos el día de la muerte de Cristo era
también el de su Encarnación. Aquel 25
de marzo de 1250 , primer día del año en Florencia, era Viernes Santo y
coincidente con la fiesta de la Anunciación, día en que se iniciará la
construcción del oratorio y convento de los Siervos de María en Cafaggio.
En la
devoción al misterio de la Encarnación, los católicos florentinos confesaban
en la Virgen de la Anunciación su
sentimiento de ser católicos y libres pues gran parte de los herejes valdenses,
cátaros y sobretodo patarinos negaban la humanidad plena de Jesús. En pocos
años el convento de la Annunziata se convirtió en el centro devocional de los
florentinos, también en el archivo administrativo de la ciudad lo cual refleja
el status alcanzado por la nueva casa de los Siervos de María. Pocos años más
tarde cuando se inicie la reconstrucción de la catedral dedicada a Santa
Restituta también se pondrá bajo la advocación de la Anunciación. Surgiendo
diversas disputas por la preeminencia de la Annunziata en las grandes
festividades de la ciudad y que aún hoy mantiene frente a la catedral.
Origen histórico y legendarios del fresco de la Annunziata
La existencia
documentada a finales del siglo XIII de la fiesta anual de tres días en torno a
la Annunziata, con predicación del obispo y la posibilidad de los sacerdotes de
la Orden de absolver determinados pecados, hacen suponer que ya existía en el
santuario una imagen de la Virgen de la Anunciación.
La leyenda fija el año 1252 como momento en el
que los frailes encargan el fresco del anuncio del Ángel a María para el
oratorio a Bartolommeo, un pintor desconocido, que se siente frustrado al no
poder retratar con toda su belleza el rostro de la Virgen. Entró el artista en
estado somnoliento y al despertar el
rostro estaba concluido y como diría siglos más tarde Miguel Ángel : no es el arte de los pinceles, del que
se hizo el rostro de la Virgen, sino una cosa verdaderamente divina (Francesco
Bocchi, La imagen de la Santa Anunciación, Florencia 1592, p.
80). El fresco se ubica en la fachada interior de la iglesia, inmediatamente a
la izquierda, entrando por la puerta central. Mide, en el conjunto que
queda libre del marco plateado actual, m. 2,85 x 2,20. Debido a los
años en los que el fresco estaba preservado por una pesada plancha de plata que
sólo se descorría en algunas festividades se puede decir que ha llegado hasta
nosotros en buen estado de conservación
, aunque algunos colores, como el azul del cielo y el del manto de la Virgen y
el ángel, estaban muy distorsionados por la oxidación hasta su reciente
restauración.
A partir de los primeros años del siglo
XIV los documentos no hacen más que
hablar de ofrendas, lámparas, exvotos y por tanto de la institución de la Ópera que
presidiría los trabajos de embellecimiento o restauración de la Capilla de la
imagen prodigiosa. Durante siglos los grandes Duques de la Toscana prohibirán
que se hagan copias destinadas a otros lugares fuera de Florencia.
Al
convertirse la pintura en la gran devoción
de la ciudad y más tarde de toda Italia
su capilla será reformada y enriquecida en diversos períodos de la historia y
sujeta a los cambios de estilos artísticos imperantes en cada momento como lo
demuestran las diversas consagraciones del altar, el 13 de enero de 1443 por
Eugenio IV; el 1 de enero de 1452 por el cardenal Estouteville; el 14
de octubre de 1628 por el cardenal Ludovisi, arzobispo de Bolonia. De igual
forma también el oratorio irá transformándose hasta construir la gran basílica
que actualmente atesora el milagroso icono, favorecido por la importante
familia de los Medici.
El retablo
actual repujado en plata por Egidio Leggi en el año 1600 fue encargada por
el Gran Duque Ferdinando I. Casi toda la
decoración plateada de la capilla, que enmarca el fresco, ha sido restaurada y
renovada a lo largo de los siglos. La parte más antigua está formada por
el Friso con símbolos relacionados con los privilegios de la Virgen y el telón
que simula una cortina de tela muy fina, concebido por Giulio Parigi y
ejecutado por Cosimo Merlini (1629). Los dos los ángeles que
sostienen la corona en la parte superior son del escultor Stefano Ricci y del
platero Vincenzo Scheggi (1816); los dos brazos de plata de las columnas
fueron donados por Leopoldo II de Toscana en 1839; los grandes candelabros
a los lados del altar (diseño de Luigi Sabatelli) son de 1820. Finalmente, la
pesada cortina o chapa de plata utilizada para cerrar el fresco nos recuerda la
devoción de la última Gran Duquesa de Toscana Maria Antonietta y de su consorte
Leopoldo Il .Las numerosas lámparas fueron ofrendadas por la ciudad .
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