Aparición de la Virgen a los Fundadores. Boceto de la pintura
de la nave central de Monte Senario. D, Gabbiani.1718
Cercano
a la ciudad de Florencia existe un eremitorio de la Orden de los siervos de
María sobre el Monte Senario, ese lugar es desde los primeros momentos de los
religiosos servitas el lugar de la fundación, el punto originante. En el actual edificio de Monte Senario no se
encuentran restos de la modesta vivienda que, según la Legenda de
origine, fue construida por los primeros padres recién llegados a ese
monte.
Desde
antiguo existe allí un pequeño oratorio conocido como de la aparición,
construido años más tardes sobre el lugar donde según la tradición la Virgen
mostró a los siete su protección y el hábito que debían vestir, era el día de la Asunción de 1233. El texto de la Legenda de Origine no recoge esta aparición donde la Madre de Dios
concedió al grupo el hábito negro de la Orden, pero si es cierto que en los
textos más antiguos que recogen los orígenes de la Orden de los Siervos de
María se alude a la relación directa entre el color y el estado de viudez de la
Virgen. Días más tarde aquel grupo desciende de la montaña para recibir el 8 de
septiembre de manos del obispo Ardingo el hábito mostrado.
Debemos
tener en cuenta al hablar de los "orígenes" de la
Orden que en nuestro caso el espacio de
tiempo es más extenso que sí nos acercamos al de otras órdenes creadas por un
carismático fundador. En el caso de los
siervos de María presenta serias
dificultades reconstruir con fechas
iniciales, circunstancias y documentos a menudo conflictivos, el carisma
inicial, el propósito, la organización de la Orden, sin depender ciegamente de
las leyendas y de la historiografía. La
hagiografía tradicional vino a concretar
en un momento milagroso la experiencia
fundante que aglutinó al grupo fundador tras abandonar sus labores como
comerciantes y a sus familias - algunos eran casados- .
Desde
el tiempo del Concilio de Éfeso (431), la solemnidad del Tránsito o Dormición
es la "fiesta de las fiestas" de la Madre de Dios. Todas las iglesias
orientales: siríacas, alejandrinas, etíopes, griegas y armenios, sin excluir a
los asirios. Fue introducida en Roma en la época del papa Sergio I
(687-701) celebrándose la solemnidad de
la Asunción con una procesión
estacional tras el ayuno, vigilia y una
octava de fiesta. Las órdenes monásticas como benedictinos y cistercienses
habían dedicado sus grandes abadías al misterio de la Asunción de María. En la
época en que se originó la Orden de los Siervos la fiesta de la Asunción es la
más celebrada en la Iglesia latina de las dedicadas a la Virgen, por no decir
que la única aceptada en todas las diócesis.
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