lunes, 5 de agosto de 2019

IV CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE LOS JESUITAS EN CARMONA Y III CENTENARIO DEL TEMPLO DEL SALVADOR. (I)




Desde 1783 nuestra Orden Seglar reside en el monumental templo que la Compañía de Jesús había levantado junto con el Colegio de Gramática - hoy casa consistorial-, ambos bajo la advocación de San Teodomiro Mártir, Patrón de la Ciudad;  denominación y usos que cambiaron tras la expulsión de los  jesuitas en 1767 y con el traslado de la antigua parroquia del Salvador al templo de la Compañía (1783) y del ayuntamiento a la escuelas (1837). Este conjunto de edificios es uno de los de mayor prestancia y envergadura artística de todo el caso urbano.




San Ignacio en la cueva de Manresa. Antiguo retablo de los Jesuitas. Ig. Descalzas


Diferentes emplazamientos.

En el mes de agosto de 1619 llega a Carmona el grupo de jesuitas que será el núcleo de la nueva fundación ,estableciéndose en la morada del que será el Patrono fundacional el Escribano Pedro de Hoyos, casa localizada en un edificio de  la Plaza del Arrabal - actualmente Paseo del Estatuto- entre las calles de san Francisco y Enmedio.

“...y en cumplimiento de lo pactado vinieron luego por fines de agosto del dicho año de 1619 tres de los nuestros a Carmona; que fueron P. Juan Muñoz de Gálvez, P. Luis Guerrero y Hermano Tomas Antolínez y a pocos meses después vino el P. Miguel Carbonel” (Historia del Colegio de Carmona (Agosto de 1620 a 1754) escrita por el P. Juan Bª de Algaba, A.P.T.S.I.).


La presencia de jesuitas en nuestra ciudad está atestiguada desde 1605 como predicadores en ciertas solemnidades y que planteó al cabildo municipal  la posibilidad de una nueva fundación en la población.  Sería gracias a la generosa donación de Pedro de Hoyos y de su esposa la que va a facilitar  la realización de este deseo.



 Plaza del Arrabal de Carmona. D. Roberts (S.XIX)


Durante algunos meses los sacerdotes de la compañía acuden a los cercanos templos de la Concepción y de San Pedro para decir misa y dedicarse a sus labores pastorales,  aún así  desean tener casa dentro del núcleo urbano pero había que aguardar la autorización del Padre General que se otorgará el 2 de enero de 1620. En agosto de ese mismo año la comunidad se traslada a la calle Sancho Ibáñez - junto al templo de san Bartolomé-, espacio que tampoco les satisfacía pues las casas estaban cerca de la muralla y en el desnivel de dos calles impediría en el futuro la construcción de un templo y del colegio.


Gracias a una serie de mejoras en las escrituras fundacionales podrán optar por un espacio mejor situado en el viario de la villa. Si en  la  primera  dotación Pedro de Hoyos y su esposa  destinaron  260  aranzadas de olivar, varios pedazos de tierra calma, un molino, un caserío en la finca La Atalaya y 7.000 ducados http://www.haciendaatalaya.com/historia/ la  segunda escritura aumentó la dote inicial con 16.000 ducados. Hubo una tercer documento, entregando el tributo de 440 reales de principal y 200 de réditos contra Andrés Martín de Madrigal, además de donar unas casas que tenía en la calle de Enmedio.


En poco más de tres años los jesuitas se establecen en tres espacios diferentes: las casas del arrabal cercanas a San Francisco para pasar luego a unas alquiladas en calle  Sancho Ibáñez  en las que sólo residieron unos meses pues pronto adquieren casas en la plaza de santa Bárbara ( actualmente Pl. Cristo Rey) y se les concede una capilla preexistente en ella.


La casa definitiva. Primer templo y colegio de san Teodomiro


Gracias a la generosa donación de Don Pedro de Hoyos  se puede llevar la fundación con cierto desahogo  y por la que obligaba  la Compañía de Jesús a levantar una iglesia, un colegio y una casa para veinte religiosos, además de dos escuelas de gramática, “debiendo enseñarla gratis, a todos los que quisiesen concurrir”.  La casa definitiva ocupará  una antigua capilla dedicada al Patrón de Carmona, en una cercana plaza a la Prioral de Santa María y equidistante de la Plaza de Arriba, que reedificaron y aumentaron. Este espacio se juzga convincente según las siguientes razones :“[...] primera estar dicha isleta en medio y lo mejor de la villa, cerca de la plaza e iglesia Mayor, con una plazuela delante que llamaban de Santa Bárbara, muy a propósito para concurso y desahogo de escuela y de estudiantes y lejos de los demás conventos de religiosos por estar estos fuera en el Arrabal, y solo los nuestros dentro de los muros donde vivía toda la gente principal y estar dicha isleta toda cercada de la vecindad mucha y muy honrada; segunda porque el común del regimiento, corregidor,  caballeros,  clerecía,  beneficiado,  vicario  y  abad  mayor,  a  una  voz  y  de  conformidad  todos deseaban nuestra mudada y tenernos juntos, así para aconsejarse con nosotros consultados sus casos y tenernos a manos en sus muertes: ofreciéndonos mientras no tuviésemos iglesia la capilla de Santa Bárbara en la iglesia Mayor que es muy capaz y con sagrario donde con grande comodidad, aunque de prestado podíamos tener y ejercitar todos nuestros ministerios. (Ibídem, f. 19 v.83).Iniciándose en 1621 la compra de las casas adyacentes. Parece que la autoridad municipal encomendó a los jesuitas el mantenimiento de la capilla dedicada a San Teodomiro, lo que fue causa de una división en la aristocracia local  enfrentando a don Lázaro de Briones y Quintanilla, alférez mayor, y don Pedro de Hoyos (GARCÍA RODRÍGUEZ, A., Teodomiro..., pp. 45-50).



Antiguo Colegio de San Teodomiro (actual Ayuntamiento)


Junto a ésta capilla originaria  labraron igualmente  las escuelas - el municipio  les concedió en 1621 una ayuda de seiscientos ducados- , obras que concluyeron hacia enero de 1636.  Respondiendo así al interés de don Pedro de Hoyos:“[...] mi hacienda quiero darles y fundarles un convento, donde confiesen, prediquen y enseñen en virtud y letras  a los muchachos; estos son la semilla de la República; si se crían bellacos, bellacos se quedan; y si son bien criados hacen buenas Repúblicas”. C-198).

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