El orfebre Jesús Domínguez ha concluido recientemente un conjunto de
cuatro relicarios en plata de ley para el culto de nuestra Fraternidad, dos de
ellos han sido diseñados
y ejecutados en su totalidad por el reconocido taller y para los otros dos - en
madera de ébano-
se le han realizado las decoraciones argénteas.
Relicarios
de ébano
. Adquisición y restauración.
Se trata de un pareja
de relicarios realizados con probabilidad a finales del siglo XVII en madera de
ébano,
madera muy apreciada desde la antigüedad y que ha dado nombre al arte de la ebanistería. Nuestras
piezas están
realizadas en una variedad procedente de Ceylán pues es la más apreciada, su color no es tan oscuro como el de
los árboles
africanos, siendo en nuestro caso color café y con vetas, teniendo una textura mucho más suave.
Los relicarios fueron
adquiridos por un particular en el mercado del arte y donados a nuestra
Fraternidad; se encontraban en un estado pésimo de conservación a pesar de que la teca de las reliquias habían llegado hasta nosotros en buen estado gracias a
que se mantenían
encerradas por el vidrio y la tapa trasera en madera de cedro conservando en su
parte posterior algunos trozos de las
diferentes auténticas.
El laborioso trabajo de
recomposición
de las piezas ha sido realizado generosamente por Rafael Maqueda que debió descomponer todos
sus elementos para nuevamente re
ajustarlos y asegurar su estabilidad.
Gracias a una donación de un trozo de ébano se han realizado algunas molduras que faltaban. Las piezas de
marfil como perillas o bolas se han guardado y se les ha cambiado por adornos
en plata al no poder reproducir las que faltaban.
Tras estudiar algunos de estos tipos de relicarios muy en uso en el siglo
XVI y muy apreciados por la madera de ébano, se procedió a
realizarles nuevas piezas de orfebrería en plata para recuperar las que había perdido, trabajo que realizó Jesús Domínguez.
Pequeñas
cresterías
segueteadas se colocan en los ángulos del relicario; la base se
ha decorado con medallón
central con cabeza angélica
y ángulos
segueteados, así
como cuatro perillas en plata y soportes con pata de león.
Piezas que por su diseño, antigüedad y materiales viene a enriquecer nuestro patrimonio artístico y a la vez el
espiritual al permitirnos volver a dar culto a este numeroso conjunto de
reliquias de santos pues alberga 60 fragmentos de huesos sobretodo de mártires romanos inscribiéndose sus nombres en
las filacterias de papel que les rodean, así como algunos sellos Agnusdei en cuya realización los pontífices usaban reliquias de santos.
Relicarios argénteos.
El orfebre Jesús Domínguez ha diseñado
estas dos originales piezas y realizadas en su taller, siguiendo la línea estética de los diferentes elementos de nuestro paso de palio pues irán colocados en el frontal del mismo y en relación con el gran relicario que preside la calle
central -con las reliquias de nuestros Siete Santos Padres, santos Juliana y
Felipe Benicio y la mártir
servita Guadalupe Ricart.-
La pieza central de estos nuevos relicarios está constituida por una caja troncocónica que alberga en su
interior las tecas con las reliquias de los santos carmonenses: Teodomiro y
Juan grande, y la de los beatos servitas Cecilia
Eusepi (†1928) y
Francisco(†1328)
Buenaventura de Forlí ((†1491), Andrés de
Borgo Sansepolcro ((†1315) y
de San Felipe Apóstol (†80). En el centro
aparecen dos sellos en cera tipo Agnusdei, uno con la entrega del escapulario a
San Felipe Benicio y en el otro la Virgen y el Niño que ofrecen el escapulario.
Para la
decoración de
estas piezas se ha recurrido al uso de idénticos elementos que los de ébano para crear de esta manera un conjunto unitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario