martes, 13 de junio de 2023

LA PARROQUIA DE SAN PEDRO Y LA VIRGEN DE LOS SIERVOS EN 1787.

 


El `traslado de la imagen de María Santísima de los Dolores a la iglesia de san Pedro, que tendrá lugar el día 30 de junio con motivo de la procesión magna al siguiente día, nos ofrece un momento especial para rememorar una primera estancia de nuestra imagen Titular en la parroquial del arrabal de Carmona. Han transcurrido doscientos treinta y seis años de aquel acontecimiento, ocurrido tan sólo dos años más tarde de terminarse su hechura en 1785.

En el “Libro de Cavildos y juntas de la Congregación y Orden Tercera de los Siervos de María stma, de los Dolores” iniciado en su nueva sede,  la Parroquia del Salvador, se anota  en su folio 18 vto: “Junta de los hermanos oficiales para tratar la trahida de la sntma. Virgen los Dolores de la Yglesia de Sr. san Pedro a la del Salvador”.  Gracias a dos actas conocemos algunos pormenores de la procesión de la Orden Tercera, que como era habitual tenía lugar el Domingo de Ramos, a la que en ese año sorprendió la lluvia y la congregación y su Imagen encontraron refugio en san Pedro.  La climatología se presentaba adversa para toda la semana, lo cual motivó la celebración de un cabildo de oficiales. Éste tendría lugar en la sacristía del Salvador  en la tarde del lunes santo, un cuatro de abril.  pues el día anterior la lluvia había sorprendido a la procesión de los Siervos de María.

Aunque quizás por equivocación del Secretario no calzan las fechas, la reunión era un cuatro de abril pero en el acta se hace constar que el martes – día 5- tampoco se había efectuado el traslado. Correspondió a don Tomás Nieto Portocarrero, impulsor de la creación de la orden tercera y antiguo hermano mayor de la de Nuestro Padre, comunicar que “no haberse podido conducir la stma. Virgen en su Procesión Gnral. a su Yglesia por causa del agua que sobrevino en la tarde del Domingo de Ramos, ni en la del Martes Santo que había determinado por sobrevenir el mismo inconveniente”. La propuesta que se presentaba a los oficiales era la de poderlo realizar en la del Viernes Santo tras la celebración en san Pedro del oficio de las Tres horas de Agonía. Previendo que podría continuar la climatología adversa se proponía en ese caso: “se practicase en la tarde del Domingo de Resurrección” a continuación de las celebraciones litúrgicas, de forma que “de esta suerte se experimentaría una Procesión más Solemne para conducir a la Stma. Virgen a dha Yglesia (Salvador)”.

El domingo ocho de abril tendría lugar el traslado de la sagrada Imagen. Debió de tratarse de una procesión de gran solemnidad. Terminada ésta, se celebró a continuación una nuevo cabildo, “para tratar sobre las gracias que se han de dar al Clero dela Yglesia del Sr, san Pedro”. Asistiendo veinticinco hermanos - casi todos ellos miembros de la Junta-  de los cuales once pertenecían al clero. En el acta se recoge el agradecimiento de la Orden Tercera a los por “lo mucho que se habían esmerado el clero de la Yglesia  de sr. san Pedro en dar culto a la Stma. Virgen todo el tiempo que había estado en ella”- no debemos olvidar que cualquier uso en las parroquias tenía en ese entonces el cargo de “derechos parroquiales- . Por parte del clero se le dispensó un trato extraordinario a la Imagen, incluido el “gasto tan crecido de cera que habían tenido” . Razones que una vez tomadas en consideración y en agradecimiento se nombró una diputación de hermanos para “que se les diese las devidas gracias”. La comisión estuvo integrada por el sacerdote Nicolás Gallardo, el diácono Pedro Ruiz, por el Mayordomo y el hermano Celador,  Juan Blanco  y Cristóbal Benítez; ya que estos cuatro hermanos eran los que previamente se habían reunido con el clero de san Pedro.

Los presentes testimonian que no era suficiente con dar las gracias, aunque fuera en persona, por parecer poco “a lo mucho que el dho clero se ha esmerado en obsequiar, y dar culto a la Stma. Virgen, pues es notorio que quatro Sacerdotes la trajeron sobre sus hombros  desde su Yglesia a esta y que todos los demás con Sobrepellices la acompañaron  en la Procesión y que convidaron a las hermandades que allí tienen para la mayor representación”.



El traslado debió ser algo realmente extraordinario porque además del clero se le unieron las seis hermandades establecidas en san Pedro. Otro dato importante es el hecho de que cedieron la presidencia de la celebración litúrgica a los Beneficiados miembros de la Congregación de los Siervos de María.

En atención a todas esas deferencias se acuerda recibir al clero de la parroquia de San Pedro como hermanos de la orden “dándoles a cada uno su Escapulario y Corona, sin que paguen la entrada ni cosa alguna de contribución, y se les asista luego que fallezcan con las missas acostumbradas aplicándolas el Padre Corrector por sus Almas”. Este reconocimiento suponía un alto coste para las arcas de la Orden pues sólo las siete misas suponían por lo habitual una partida importante en la economía debido al pago de los mencionados derechos parroquiales. Este generoso “regalo” se extendía “a todos los que en la actualidad componen dho clero” compuesto por sacerdotes, diáconos y los de órdenes menores. Al darse el caso de que algunos eran ya hermanos de los Siervos, “se les dispensa de todo genero de contribución”.

La diputación debía comunicar al clero todas estas novedades así como la fecha en la que se realizaría el recibimiento o admisión y que tendrías lugar  el siguiente domingo en el que los terciarios celebraban su reunión mensual.

Este acuerdo se tomó por todos los presentes a la reunión “contemplando no ay mas facultades para la retribución a dho clero por el obsequio y culto que han dado a la Stma. Virgen”.

En el mismo Acta se recoge la propuesta del hermano Juan de Morales, diacono, de que para el Viernes de Dolores se celebren Maitines – oración litúrgica en torno a las seis de la mañana- o en la del Domingo de Ramos que es la procesión, de manera que todos los hermanos que fueran clérigos asistieran de sobrepellices “de esta suerte se beneficiaría un numero de ellos crecidos para mayor culto de la Stma. Virgen y edificación de los fieles” acordándose se realizará de esta forma.

Durante los siguientes dos siglos se mantendría la procesión el domingo de ramos, por algunas anotaciones de itinerarios – muy pocas en los libros de actas- sabemos que la Orden Tercera mantuvo casi el mismo itinerario, llegando hasta la entonces Plaza del Arrabal, hoy Paseo del Estatuto.  Doscientos treinta y seis años más tarde la procesión Magna nos ofrecerá la oportunidad de recordar ese momento histórico y un recorrido muy parecido al que los servitas realizaron con la Virgen de los Dolores hasta los primeros años del pasado siglo XX.



Una vista de David Roberts sobre la plaza del Mercado del arrabal nos aproxima a ese espacio urbano donde sorprendió la lluvia a los terciarios.

. Grabado del Mercado

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