Tras la conclusión en el pasado
año del techo de palio y parte de las pinturas del programa iconográfico del
nuevo paso de palio para María Santísima de los Dolores, se está acometiendo la segunda fase de este ambicioso proyecto
que incluye la realización en metal plateado de nuevos respiraderos, maniguetas
y flameros para las esquinas; igualmente la parte textil correspondiente a los
respiraderos y nuevos faldones.
El diseño y realización de todo
el conjunto se debe a Juan González que ha recurrido a la idea decimonónica
de palio, siguiendo para su decoración
en elementos del estilo neo-manierista
tan en boga en el siglo XIX.
Siguiendo la idea general
iconográfica, el paso se concibe como tres espacios: el palio, como sombra del
Altísimo que protege y cuyo nombre resplandece en el centro del techo; en las
bambalinas la historia del pueblo de
Israel y las prefiguras de María. El espacio intermedio es ocupado por la imagen
de la Virgen, mujer elegida por Dios para ser madre del Cristo y del nuevo pueblo de Dios: la Iglesia
y en la que se cumplen las promesas. Por último la zona de la parihuela que es el nivel de la Iglesia que peregrina
en la tierra y que necesita de la penitencia/conversión para alcanzar la
salvación y que tiene como modelo a
María.
Los respiraderos se han concebido
al modo de las cresterías de las antiguas rejas que cerraban las capillas mayores de catedrales y
santuarios. También el modo de trabajar el metal recordará la labor de forja de estas rejas: cintas de hierro caladas, motivos vegetales,
mascarones y demás ornamentos tenderán a
enmarcar las grandes cartelas que exaltan la figura de María.
En razón de ello el trazado incluye siete grandes cartelas en las
que se inscriben expresiones que el pueblo de Dios proclama de María y que
están tomadas de la más antigua letanía dedicada a los dolores de la Virgen.
Estas letanías nació en la denominada
Observancia Germánica de la Orden de los Siervos de María entre el siglo
XVI/XVII y posteriormente reutilizadas
por Pío VII en las que dedicó, con
posterioridad a su cautiverio, a Nuestra Señora de los Dolores.
El espacio de los respiraderos -necesario para el
trabajo de los que desarrollan la penitencia como costaleros- irá recubierto por un trabajo de tejido de
cinta trenzada a modo de los cilicios corporales usados en la antigüedad por
los que optaban por la vida penitencial.
Sobre esta pieza tejida a mano irán las cresterías de orfebrería.
Cilicio de santo Tomás Moro)
Se están realizando igualmente el juego de
cuatro maniguetas para el paso siguiendo el juego de volúmenes que son propios de la orfebrería del siglo XVII y
cuatro hidras flameras que darán unirán
visualmente la parihuela y sus elementos
con el palio.
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