Desde hace varios años nuestra Fraternidad colabora
económicamente con la obra que los franciscanos llevan a cabo en La Antigua, Guatemala, ayuda que se hace directamente gracias a una hermana que acompaña
como voluntaria al equipo médico de Sevilla que se traslada allí por unas
semanas para realizar su trabajo de forma altruista en ayuda a los más
necesitados.
A mediados del siglo
XVII en la Antigua Guatemala…el fraile Pedro vivía como eremita pero su corazón se inquietaba al ver tanta
pobreza : «¿Qué he de hacer, Señor, por estas gentes necesitadas?»... un día,
un negro anciano que vivía del socorro del Hermano Pedro, viéndole a éste
preocupado, se atrevió a decirle: «No os trajo Dios a esta tierra sólo para
cuidar de la ermita. Andad y salid de aquí, que hay muchos pobres y necesitados
a quienes podéis ser de mucho provecho y en que sirváis a Dios y os aprovechéis
a vos mismo y a ellos». Estas palabras atravesaron el corazón de Pedro, siempre
alerta a los signos que Dios pudiera darle por medio de otras personas.
Hoy su
empeño y de los hermanos franciscanos ha fructificado en una entidad social que
atiende a miles de personas a través de hospitales, centros asistenciales, de
recuperación, orfanatos, asilos, escuelas, talleres de capacitación, centros
educativos, culturales, de investigación científica y recreativos.
En este Año Jubilar dedicado a la Misericordia tampoco podía
faltar nuestra pequeña aportación, que gracias al trabajo generoso de los
voluntarios se multiplica en aquellas tierras.
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