Nuestra Fraternidad felicita hoy a nuestras queridas hermanas de la Congregación de Dominicas Hijas de nuestra señora de Nazareth, comunidad que en la actualidad regenta el Convento de madre de Dios de nuestra Ciudad y a las que nos une una fraternal relación. Desde su llegada a Carmona conmemoramos juntos la fiesta de nuestra Señora del Rosario, en este año jubilar dominicano por el VIII Centenario de la creación de la Orden de santo Domingo y de los 500 años de la fundación del Convento carmonense hemos celebrado diferentes actos conjuntamente: Vigilia de la Inmaculada, Procesión del Dulce Nombre de Jesús, celebraciones año de la Vida consagrada, y Vigilia por la Iglesia Perseguida que presidió la Virgen de la Encarnación.
Los dominicos
contaron con tres casas en Carmona: el convento de Santa Ana que era de
religiosos y los de dominicas de Santa Catalina y Madre de Dios.
Vida de Santo Domingo
Santo
Domingo de Guzmán nació en Caleruega (España) alrededor del año 1170 en una
familia noble. Su madre fue la Beata Juana de Aza. En Palencia recibió una
buena educación en diversas materias y se entregó de lleno al estudio de
teología.
Tras
una juventud comprometida con las necesidades de la población de su región. Fue
llamado por el Obispo de Osma para ser canónigo de la Catedral y a los 25 fue
ordenado sacerdote. Más adelante el Prelado tuvo que viajar a Dinamarca por
encargo del rey Alfonso VIII y se llevó consigo a Domingo. En el viaje, el
Santo quedó preocupado al constatar las herejías en que vivían los diversos
pueblos de Europa.
En
1207, Santo Domingo, junto a algunos compañeros como el Obispo de Osma, se
entregó a la vida apostólica,
renunciando a toda comodidad y viviendo de limosnas. Al comprender más de la
necesidad de una buena formación cristiana de los fieles, fundó la Orden de
Predicadores (dominicos) dispuesta a llevar la luz del Evangelio por todas
partes.
Según
la tradición, respaldada por numerosos documentos pontificios, cierta noche
Santo Domingo, mientras se encontraba en oración, tuvo una revelación en la que
la Virgen fue en su auxilio y le entregó el
Rosario como un arma poderosa para ganar almas.
Santo
Domingo, gran amigo de San Francisco de Asís, partió a la Casa del Padre en
Bolonia el 6 de agosto de 1221. Fue canonizado en 1234 por el Papa Gregorio IX,
quien dijo que “de la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la
santidad de San Pedro y San
Pablo”. Su fiesta se celebra cada 8 de agosto.
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