sábado, 15 de septiembre de 2012

LA VIRGEN DE LOS DOLORES, MADRE Y PATRONA SOBERANA DEL ORDEN SERVITA


La fiesta del 15 de septiembre.



El culto a la Mater dolorosa  en la Orden de los Siervos puede rastrearse hasta en la Leyenda de Origine Ordinis del siglo XIII; “Declaro, entre otras cosas [el beato Pedro de Verona] que este hábito que ahora llevan los frailes de nuestra Orden, habrían decidido portarlo siempre para manifestar la humildad de la misma Virgen María y para presentar claramente el dolor que Ella sufrió en la tan amarga pasión de su Hijo” (52: Monumenta OSM, I, p. 98). A dos frailes Predicadores que preguntaron a San Felipe Benicio a qué Orden pertenecía el hábito que portaban él y fray Víctor, su compañero de viaje, el Santo respondió:  “Nos llamamos Siervos de la Virgen gloriosa, de la cual llevamos el hábito de su viudez”  (Legenda beati Philippi, 8: Monumenta OSM, II, p. 71).  
Este devoción especial que contemplaba a la Virgen María dolorosa,  se acrecentó considerablemente durante los siglos XVII-XIX. En este período un hecho particularmente significativo y rico por sus consecuencias cultuales, fue la promulgación del decreto Cum sacrorum (9 de agosto 1692), con el cual la S. Congregación de los Ritos, con la aprobación de Inocencio XII, bajo petición del Prior General, fr. Juan Francisco M. Poggi (1690-1702), reconocía a la Dolorosa como “titular y patrona de la Orden” y la devoción a los siete dolores de la Virgen como “devoción que pertenece a la Orden mencionada, como su principal característica”. El decreto constituía el punto culminante de un largo proceso en el cual varias expresiones de piedad hacia la Virgen Dolorosa – tanto litúrgicas como populares – habían surgido y estaban ya fuertemente arraigadas; pero fue también estímulo y punto di inicio para la creación de otros ejercicios piadosos en honor a la Reina de los mártires.
Aunque los dolores de María aparecen en las Sagradas Escrituras y la reflexión sobre ellos se remonta a la época patrística, esta devoción sólo ha tenido un desarrollo litúrgico en Occidente. En Oriente sólo los Católicos Rutenos tienen una fiesta de la Madre Dolorosa el Viernes posterior a la Octava del Corpus Christi[i], aunque en la iglesia bizantina el recuerdo de la Dolorosa está muy presente en el oficio del Viernes Santo y todos los miércoles y jueves del año, en que se conmemora el sacrificio del Calvario de una manera especial, se reza una antífona mariana llamada staurotheotókion, que canta a María al pie de la Cruz – más información en http://liturgia.mforos.com/1699092/8780044-nuestra-senora-la-virgen-de-los-dolores-15-de-septiembre/-
El origen de esta  fiesta de septiembre  fijada como única  por la Iglesia en 1969  para conmemorar los dolores de la Virgen asociada a la Obra redentora de Cristo, se encuentra en la celebración que cada tercer domingo de mes celebraban los hermanos de escapulario de las Ordenes Terceras Servitas. A principios del siglo XVII  aparece la celebración de septiembre como la más importante, dedicándose todo el mes a la contemplación de los Dolores; el Papa León XIII Pecci concede indulgencia plenaria en la forma acostumbrada cualquier día de septiembre o del día uno al ocho de octubre. Desde 1668, Clemente IX concedió a la Orden el tercer domingo de septiembre como fiesta a la Virgen de los Dolores. El Papa Pío VII la concede a la Iglesia metropolitana de Sevilla en 1807, y a toda la Iglesia el dieciocho de septiembre de 1814, con rito mayor doble, en acción de gracias porque el Emperador Napoleón permitió su regreso a Roma, adoptando la misa y oficio de los servitas.

En la reforma litúrgica de San Pío X, de 1914, con el fin de despejar el ciclo dominical, se fijó el quince de septiembre, haciendo pareja con la del día anterior: la Exaltación de la Santa Cruz. Contemplamos desde la perspectiva de la glorificación los frutos de la Redención de la pareja salvadora, Cristo Nuevo Adán y María Nueva Eva. En palabras de Pablo VI, es “ocasión propicia para revivir un momento decisivo de la historia de la salvación y para venerar junto con el Hijo exaltado en la Cruz a la Madre que comparte Su dolor”.

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