El sábado 3 de marzo de 2018 la Santa Sede
ha hecho público el decreto firmado por el cardenal Prefecto de la Congregación
para el Culto Divino, Robert Sarah. Este decreto lleva fecha
del 11 de febrero, festividad de
las apariciones de Lourdes, y atiende al deseo del Papa Francisco de elevar a rango de Memoria
Obligatoria la conmemoración de María como Madre de la Iglesia, considerando
que esta devoción puede incrementar el sentido materno de la Iglesia en los Pastores,
en los religiosos y en los fieles, así como la genuina piedad mariana. Esta
memoria se celebrará el lunes después de Pentecostés.
Según el cardenal Sarah la decisión papal,
tiene que ver con la «maduración de la veneración litúrgica reservada a María
tras una mejor comprensión de su presencia “en el misterio de Cristo y de la
Iglesia”, como indica el capítulo VIII de la “Lumen gentium” del Concilio
Vaticano II».
El 21 de noviembre de 1964, al promulgar
Pablo VI la constitución conciliar sobre la Iglesia «quiso solemnemente
reconocer a María el título de “Madre de la Iglesia”». Una decisión que fue
acogida con el aplauso absoluto del aula. «El sentir del pueblo cristiano
–explicó Sarah» en dos milenios de historia, ha acogido en diferentes maneras
el vínculo filial que une estrechamente a los discípulos de Cristo con su
Santísima Madre».
En 1973, la Congregación aprobó, en vista
del Año Santo de 1975, una misa votiva dedicada a María. Durante el Pontificado
de Juan Pablo II se concedió la posibilidad para que las Conferencias
Episcopales añadieran el título de “Madre de la Iglesia” en las Letanías
lauretanas que se recitan al final del Rosario. Además, a lo largo del tiempo
se aprobó la inserción de la celebración de la Madre de la Iglesia en el
calendario propio de algunos países, como Polonia y Argentina, precisamente el
lunes después del Pentecostés. En otras fechas se celebraba en lugares
peculiares, como la Basílica de San Pedro, en donde fue la proclamación de
Pablo VI, así como en algunas órdenes y congregaciones religiosas.
Ahora el Papa Francisco establece que,
para toda la Iglesia de rito romano, se vuelva obligatoria la memoria de María
Madre de la Iglesia. Además del decreto,
fueron publicados también los relativos textos litúrgicos, en latín, para la
misa, el Oficio divino y el Martirologio romano.
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