Presentamos una segunda fórmula para rezar la Corona de la Dolorosa o corona de los
siete dolores de María, que los frailes Siervos de María contribuyeron a su
formación y difusión.
La corona de la Dolorosa se
presenta aquí en una doble forma: en la primera se proporciona el formulario
tradicional (publicado en el mes de julio en nuestro blog); en la segunda, el
formulario nuevo, también articulado en «siete dolores». Éste no se coloca en
competencia con el primero, sino simplemente como posibilidad alternativa: fue
compuesto, en efecto para celebrar una perspectiva particular -la categoría
bíblica del «rechazo», de profundo valor teológico y con frecuencia presente en
la vida de Jesús- : el inagotable misterio del dolor de la Virgen.
SEGUNDO
FORMULARIO
CONTEMPLAMOS EL MISTERIO DE TU DOLOR SANTA MARÍA
INTRODUCCIÓN
V/. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Hijo y del Espíritu
Santo.
R/. Amén
V/. Te alabamos y te bendecimos, Señor.
R/. Porque has asociado a María en la obra de la salvación
V/. Contemplamos tu dolor, santa María.
R/. Para seguirte en el camino de la fe.
MEMORIA DE LOS DOLORES DE LA VIRGEN
1. Jesús, el Hijo de Dios, nace en una gruta: no había lugar para la
Madre en la posada (Lc 2, 6-7)
Padre nuestro. Siete Avemarías
2. Jesús, Salvador del hombre, signo de contradicción (Lc 2. 33-35).
Padre nuestro. Siete Avemarías
3. Jesús Mesías recién nacido, es perseguido por Herodes (Mt 2,
13-14).
Padre nuestro. Siete Avemarías
4. Jesús, hermano del hombre, es rechazado por los de su pueblo (Lc 4,
28-19)
Padre nuestro. Siete Avemarías
5. Jesús, el Santo de Dios es tomado preso por los sumos sacerdotes y
abandonado por los
discípulos (Mt 26, 49-50)
Padre nuestro. Siete Avemarías
6. Jesús, el Justo, muere en la cruz (Jn 19, 25-27).
Padre nuestro. Siete Avemarías
7. Jesús, Maestro y Señor, es perseguido en la persona de sus
discípulos (Hch 12, 1-3)
Al final del último septenario se pueden añadir tres Avemarías para
implorar la reconciliación y la paz en el mundo y en la Iglesia y para confiar
a la Virgen de los Dolores las intenciones de oración de la comunidad orante.
CONCLUSIÓN
V/. Te alabamos, santa María.
R/. Madre fiel junto a la cruz de tu Hijo.
ACLAMACIÓN
Bendita tú, Reina de los mártires:
asociada a la pasión de Cristo,
te has hecho nuestra Madre,
signo de esperanza en nuestro camino.
SECUENCIA
A la aclamación sigue, con carácter facultativo, el canto o la
recitación del Stabat Mater que puede ser aún en la forma breve; o bien otro
canto semejante por contenido y dignidad literaria o bien por las Letanías de
la Dolorosa, después se dice la oración.
ORACIÓN
Dios nuestro, tú que quisiste que la vida de la Virgen estuviera
marcada por el misterio del dolor, haz que caminemos con Ella por el sendero de
la fe y unamos nuestros sufrimientos a la pasión de Cristo, para que se
transformen en motivo de gracia e instrumento de salvación. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.
O bien:
Oh Dios, tú has querido que junto a tu Hijo, levantado en la cruz,
estuviera presente su Madre dolorosa: haz que, asociados con ella a la pasión
de Cristo, participemos en la gloria de la resurrección. Él vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
DESPEDIDA
V/. Nos proteja santa María y nos guíe en el camino de la vida.
R/. Amén.
OTRO MODO DE REZAR LA CORONA
[En un segundo modo la recitación del Ave María es limitada a la parte
bíblica: aquel que guía dice el “saludo” del ángel («Dios te salve María, llena
eres de gracia, el Señor está contigo»); los demás responden con la “Bendición”
de Isabel («Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre Jesús»), a la cual le sigue un breve enunciado que recuerda
rítmicamente el objeto del “dolor” contemplado].
Después de séptima Ave María se dice la invocación eclesial Santa
María, en la forma habitual o en la forma propuesta para cada “dolor”, en el
cual se establece una relación entre el “dolor” contemplado y nuestra condición
de pecadores(por ejemplo … ruega por nosotros pecadores, listos a llevar la
cruz).
1. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, nacido en una gruta.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, temerosos
de acoger al pobre. Amén
2. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, signo de
contradicción.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, impávidos
frente al misterio de la
cruz. Amén
3. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, perseguido por
Herodes.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
fascinados por las exigencias del
Reino. Amén
4. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, rechazado por sus
paisanos.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, listos en
acoger la palabra de Cristo.
Amén
5. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús, traicionado por el
amigo.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, débiles
en la hora de la prueba.
Amén
6. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, crucificado entre los
malhechores
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
indiferentes a la opresión de los
justos. Amén.
7. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, premio y corona de
los mártires.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores,
insensible a los sufrimientos de la
Iglesia. Amén
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