sábado, 12 de agosto de 2017

COMO REZAR LA CORONA DOLOROSA (formulario II)



Presentamos una segunda fórmula para rezar  la Corona de la Dolorosa o corona de los siete dolores de María, que los frailes Siervos de María contribuyeron a su formación y difusión.

 La corona de la Dolorosa se presenta aquí en una doble forma: en la primera se proporciona el formulario tradicional (publicado en el mes de julio en nuestro blog); en la segunda, el formulario nuevo, también articulado en «siete dolores». Éste no se coloca en competencia con el primero, sino simplemente como posibilidad alternativa: fue compuesto, en efecto para celebrar una perspectiva particular -la categoría bíblica del «rechazo», de profundo valor teológico y con frecuencia presente en la vida de Jesús- : el inagotable misterio del dolor de la Virgen.
SEGUNDO FORMULARIO
CONTEMPLAMOS EL MISTERIO DE TU DOLOR SANTA MARÍA
INTRODUCCIÓN
V/. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/. Amén
V/. Te alabamos y te bendecimos, Señor.
R/. Porque has asociado a María en la obra de la salvación
V/. Contemplamos tu dolor, santa María.
R/. Para seguirte en el camino de la fe.
MEMORIA DE LOS DOLORES DE LA VIRGEN
1. Jesús, el Hijo de Dios, nace en una gruta: no había lugar para la Madre en la posada (Lc 2, 6-7)
Padre nuestro. Siete Avemarías
2. Jesús, Salvador del hombre, signo de contradicción (Lc 2. 33-35).
Padre nuestro. Siete Avemarías
3. Jesús Mesías recién nacido, es perseguido por Herodes (Mt 2, 13-14).
Padre nuestro. Siete Avemarías
4. Jesús, hermano del hombre, es rechazado por los de su pueblo (Lc 4, 28-19)
Padre nuestro. Siete Avemarías
5. Jesús, el Santo de Dios es tomado preso por los sumos sacerdotes y abandonado por los
discípulos (Mt 26, 49-50)
Padre nuestro. Siete Avemarías
6. Jesús, el Justo, muere en la cruz (Jn 19, 25-27).
Padre nuestro. Siete Avemarías
7. Jesús, Maestro y Señor, es perseguido en la persona de sus discípulos (Hch 12, 1-3)
Al final del último septenario se pueden añadir tres Avemarías para implorar la reconciliación y la paz en el mundo y en la Iglesia y para confiar a la Virgen de los Dolores las intenciones de oración de la comunidad orante.
CONCLUSIÓN
V/. Te alabamos, santa María.
R/. Madre fiel junto a la cruz de tu Hijo.
ACLAMACIÓN
Bendita tú, Reina de los mártires:
asociada a la pasión de Cristo,
te has hecho nuestra Madre,
signo de esperanza en nuestro camino.
SECUENCIA
A la aclamación sigue, con carácter facultativo, el canto o la recitación del Stabat Mater que puede ser aún en la forma breve; o bien otro canto semejante por contenido y dignidad literaria o bien por las Letanías de la Dolorosa, después se dice la oración.
ORACIÓN
Dios nuestro, tú que quisiste que la vida de la Virgen estuviera marcada por el misterio del dolor, haz que caminemos con Ella por el sendero de la fe y unamos nuestros sufrimientos a la pasión de Cristo, para que se transformen en motivo de gracia e instrumento de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
O bien:
Oh Dios, tú has querido que junto a tu Hijo, levantado en la cruz, estuviera presente su Madre dolorosa: haz que, asociados con ella a la pasión de Cristo, participemos en la gloria de la resurrección. Él vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
DESPEDIDA
V/. Nos proteja santa María y nos guíe en el camino de la vida.
R/. Amén.
OTRO MODO DE REZAR LA CORONA

[En un segundo modo la recitación del Ave María es limitada a la parte bíblica: aquel que guía dice el “saludo” del ángel («Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo»); los demás responden con la “Bendición” de Isabel («Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús»), a la cual le sigue un breve enunciado que recuerda rítmicamente el objeto del “dolor” contemplado].
Después de séptima Ave María se dice la invocación eclesial Santa María, en la forma habitual o en la forma propuesta para cada “dolor”, en el cual se establece una relación entre el “dolor” contemplado y nuestra condición de pecadores(por ejemplo … ruega por nosotros pecadores, listos a llevar la cruz).
1. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, nacido en una gruta.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, temerosos de acoger al pobre. Amén
2. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, signo de
contradicción.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, impávidos frente al misterio de la
cruz. Amén
3. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, perseguido por
Herodes.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, fascinados por las exigencias del
Reino. Amén
4. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, rechazado por sus
paisanos.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, listos en acoger la palabra de Cristo.
Amén
5. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, traicionado por el
amigo.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, débiles en la hora de la prueba.
Amén
6. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, crucificado entre los
malhechores
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, indiferentes a la opresión de los
justos. Amén.
7. Dolor
V/. Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo
R/. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús, premio y corona de
los mártires.
T. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, insensible a los sufrimientos de la

Iglesia. Amén

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