“REVESTÍOS DE TODA LA
ARMADURA DE DIOS” (Ef. 6, 11).
Los sacramentales
insignias de las órdenes religiosas.
La Orden Seglar de
Carmona, con motivo del VI CENTENARIO DE LA BULA APOSTOLICAE SEDIS
PROVIDENTIA, por la que se crea la
antigua orden tercera de los Siervos, celebrará entre los días 18 y 20
de octubre del presente año 2024 un encuentro académico sobre el tema de los
sacramentales. Teniendo lugar en la sede
de la Universidad Pablo Olavide en Carmona.
Este simposio, que en
cierta medida es continuación del Congreso Internacional Virgo Dolorosa,-
celebrado en Carmona en 2014 por la Orden Seglar-, se desarrollará por
medio de sesiones de ponencias de esta temática y una mesa redonda sobre la
actualidad del uso del hábito/escapulario, cordón y correa objetos o insignias
tomados de los hábitos de las órdenes religiosas y que son considerados como
sacramentales. Íntimamente ligados a la piedad y devoción del pueblo cristiano y
que han constituido durante siglos formas de expresión de la fe en Jesucristo y
en el papel mediador de la Iglesia.
A diferencia de los
sacramentos que fueron instituidos por Cristo para conferirnos la gracia
necesaria para nuestra santificación, los sacramentales lo son por la Iglesia
como signos sagrados que expresan esa santificación en diversas circunstancias
de la vida (-Catecismo #1667; Cf. Ley Canónica (Canon 1166).
Qué es un sacramental.
Los sacramentales
comunican la gracia ex opere operantis ecclesiae. Literalmente del latín:
"por la acción de la Iglesia que obra". Los sacramentales reciben su
eficacia de los méritos de la persona que reza y de los méritos y oraciones de la
Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.
Entre los sacramentales hay una gran variedad de oraciones. Los sacramentales
aparecen en el catecismo bajo "Otras celebraciones litúrgicas":
incluyen funerales, exorcismos, bendiciones de personas, consagración y
bendición de objetos. También otros usos en
la religiosidad popular: "veneración de reliquias, visita a
santuarios, peregrinaciones, procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas,
el rosario, las medallas, etc." (Catecismo 1674 .1671/1672 y 1673).
Estos gestos u objetos no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de
los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y
disponen a cooperar con ella. "La liturgia de los sacramentos y de los
sacramentales hace que, en los fieles bien dispuestos, casi todos los
acontecimientos de la vida sean santificados por la gracia divina que emana del
misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, de quien
reciben su poder todos los sacramentos y sacramentales, y que todo uso honesto
de las cosas materiales pueda estar ordenado a la santificación del hombre y a
la alabanza de Dios" (SC 61). -Catecismo #1670.
Los sacramentales en las
órdenes religiosas.
A la mayoría de estos
sacramentales, en la tradición de sus órdenes religiosas, se les atribuye un
origen sobrenatural (desarrollado en las distintas fuentes de los orígenes).
Éstos son, fundamentalmente, los escapularios (carmelita, servita, mercedario,
dominico…), el cordón de San Francisco o la correa de San Agustín. Representan
una adscripción a la espiritualidad de la Orden e, incluso, una vinculación
jurídica a ella, a través de las órdenes terceras y de las cofradías propias de
ella, por lo que se convierten en su insignia propia.
Son muy preciados porque
simbolizan la participación de los fieles en los privilegios e indulgencias de
la orden y sentidos como un signo de predestinación, consagración y protección
especial, incluso adquieren un valor taumatúrgico, y su imposición se solemniza
en los rituales propios de cada orden, con su bendición y una serie de
oraciones que explican su significado.
El hábito y el
escapulario como sacramental en la Orden
de los siervos.
Los textos más antiguos
sobre la fundación de la Orden de los Siervos de María inciden en un momento
especial: la aparición de la Virgen en el día de la Asunción a los Siete Santos
Fundadores, a los que hizo entrega del escapulario. Las fuentes iconográficas
han incidido también en este tema que es quizás el más recurrente en la Orden.
En la Legenda de Origine,
el texto más antiguo sobre la fundación, se destaca la peculiar vestimenta de
los Siervos que concedido por la Santísima Virgen a los Siete Fundadores y
revelado igualmente a San Pedro Mártir, recuerda “el color de la viudedad de
María”. La escápula es concesión directa en el día de la Asunción.
En la Regla de Martin V para los terciarios son de especial relevancia los capitulos relativos al habito los hermanos y hermanas del consorcio, ya que, por su simbolismo, el habito establece un estrecho vinculo con la Orden por parte de quienes la han creado. "Todos los hermanos y hermanas de la fraternidad deben vestir de tela negro, sin ningun refinamiento en el color y el valos del vestido, como corresponde a la dignidad de los siervos de Cristo y de Maria Santisima. A partir 1424 los hermanos de penitencia o terciarios usaran el habito de la Orden pero sin el manto que caracterizaba a los religiosos o usan como distintivo el escapulario como prenda reducuda sobre la vestimentas cotidianas recordando de esta manera su vinculacion con el carisma de los Siervos de Maria y su consagracion a la Santisima Virgen. La entrega o imposición del escapulario constituye el acto de consagracion y admision a la Orden Tercera, ahora seglar.
Actualidad del tema de los
sacramentales.
"La santa madre iglesia
instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados creados según
el modelo de los sacramentos, por medio de los cuales se expresan efectos,
sobre todo de carácter espiritual, obtenidos por la intercesión de la iglesia. Por
ellos los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos
y santifican las diversas circunstancias de la vida" Así definía el
Concilio Vaticano (Sacrosanctum Concilium C 60) los sacramentales; en la perspectiva de su auténtica recuperación
el Vaticano II pide una revisión de sus ritos (cf SC 79). En
sus propósitos pastorales el concilio desea, por una parte, que se iluminen sus
verdaderos valores y, por otra, que se acomoden "a las necesidades
presentes" (SC 62) ", sugiriendo algunas premisas para una renovación
teológica y celebrativa de los sacramentales.
La relación sagrado-profano es
uno de los aspectos más sentidos en el contexto de la cultura contemporánea.
Este hecho ha empujado al creyente a cuestionarse sobre el porqué de
las celebraciones sacramentales y a buscarles el significado en su justo marco
teológico-litúrgico. Solamente la recuperación de la auténtica relación entre
fe y religión puede ayudar a determinar la identidad sacramental, especialmente
en su traducción pastoral. En efecto, la problemática acerca de los
sacramentales engloba todo el complejo tratado sobre la relación Dios-mundo,
fe-iglesia-mundo, amor a Dios-compromiso temporal