sábado, 30 de mayo de 2020

SOBRE LA FESTIVIDAD LITÚRGICA DE LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA


Treinta y uno de mayo



La fiesta de la Visitación narrada en el Evangelio de Lucas 1, 39-56 nos  remite a "una celebración que conmemora un acontecimiento  salvífico, en el que la Virgen estuvo estrechamente vinculada al Hijo"(MC); y más concretamente  se indica la fiesta "en que la liturgia recuerda a la santísima Virgen que lleva en su seno al  Hijo, que se acerca a Isabel para ofrecerle la ayuda de su caridad y proclamar la  misericordia de Dios salvador" (n. 7). Aunque parezca  extraño, la conmemoración de este acontecimiento salvífico evangélico, careció de una celebración litúrgica antes del siglo XIII.  . A pesar de que el calendario postridentino de San Pío V abolió todos los Oficios propios y le señaló el mismo Oficio de la Natividad,  la Orden de los Siervos de María mantuvo su octava  hasta la reforma del Concilio Vaticano II.

I- Historia de la fiesta
Llama poderosamente la atención que la visita que la Virgen María hizo a santa Isabel , no tuviera  desde antiguo una fiesta litúrgica a pesar de contener un  verdadero "acontecimiento de gracia" en el sentido más literal del término.  El texto evangélico en el que se narra la escena  se asignó desde el siglo VI en la liturgia romana al viernes de las Témporas, tercera domínica de adviento; sin embargo, no se trataba de una fiesta independiente, sino  de un mero recuerdo litúrgico en orden sobre todo a la preparación de la Navidad del Señor. 
Se ha apuntado la posibilidad de que en el siglo XIII los franciscanos adoptaron el 2 de julio - fiesta de Blaquernas- como fiesta litúrgica que conmemoraba la Visitación. Ese día la Iglesia ortodoxa s celebra la "Deposición del venerable vestido de nuestra santísima señora y madre de Dios en Las Blaquernas" - devolución a su santuario de la reliquia robada del vestido de la Virgen- y nada tiene que ver con la Visitación a pesar de que más tarde se fijara en la Iglesia católica la fiesta litúrgica.
El primer dato que encontramos para fijar una memoria litúrgica del acontecimiento en casa de Isabel, se remonta a la época del Cisma de Occidente en la que el arzobispo de Praga Juan Jenstein (1348-1400), defendió el valor teológico de la celebración por el  hecho de tener sus raíces en el evangelio de Lucas, y trabajó por la  difusión de la celebración de la fiesta que debía celebrarse cada año el 28 de abril. El sínodo diocesano del 16 de junio de  1386 promulgó para su diócesis la introducción de la fiesta de la Visitación de la Virgen; él mismo escribió el Oficio litúrgico que   remitió a obispos y superiores de órdenes religiosas, solicitando al Papa su institución en el misal romano. A pesar del Cisma la nueva festividad se instituyó durante el  jubileo de 1390, razón por la que se  añadió a  las tres basílicas jubilares también la de Santa María la Mayor.  
El papa Urbano Vl determinó que la fiesta de la  Visitación se fijase en el calendario litúrgico el 2 de julio, pero no se decretó debido a su muerte y Juan Jenstein debió de acudir a  Bonifacio IX que promulgó la bula Superni  benignitas Conditoris, con la cual extendía a toda la iglesia occidental la nueva festividad  mariana; el documento lleva la fecha oficial del día de la coronación del mismo Bonifacio IX,  es decir, el 9 de noviembre de 1389.



2. DIFUSIÓN DE LA FIESTA.
Como es de suponer la fiesta no se impuso en todas las diócesis,   pues los seguidores de   Clemente Vll la ignoraron o incluso la rechazaron. Por eso, después del cisma, el concilio de Basilea,
en la sesión del I de julio de 1441, hubo de confirmar la bula de Bonifacio IX ordenando que
Tomás de Corcellis compusiese un oficio nuevo, que alcanzó una cierta difusión.
En el concilio ecuménico de Florencia (1438-1445) los patriarcas sirio, maronita y copto aceptaron la fiesta - aún hoy la celebran en la fecha romana-. Nicolás V, publicó  de nuevo en 1451 la bula de Bonifacio IX para que todas las iglesias particulares aceptaran  unánimemente la fiesta. En la liturgia de los franciscanos se introduce por Sixto IV, en 1475, el nuevo oficio propio.
Tras la reforma de Trento, San  Pío V, abolió los diversos oficios y misas en uso para dicha fiesta, y adoptó los oficios de la Natividad de María con unas pocas modificaciones necesarias para su adaptación; Clemente VIII, la elevó al nuevo  rito por él introducido de doble mayor, hizo componer un nuevo formularios para el oficio y la misa de la Visitación persistieron hasta la reforma del Vaticano II.




3. FECHA DE LA FIESTA.
El obispo Juan Jenstein, en su carta a Urbano Vl, propuso como fecha de la  celebración el 28 de abril. pues la fiesta se refiere a lo ocurrido después de la anunciación; parece que prevaleció la  opinión según la cual, si se tiene en cuenta que el evangelio dice expresamente que María  permaneció en casa de Isabel tres meses, también la fiesta de la Visitación puede colocarse  en el espacio de tres meses a partir de la fiesta de la Anunciación.
La Iglesia latina fue el 2 de julio, la elección de esa fecha está relacionada con la del Nacimiento de Juan Bautista (24 de junio) y tras los ocho días de la octava de esta celebración, día en el que se impondría el nombre al hijo de su prima Isabel y en el que María regresaría a Nazareth. La otra opción, colocarla cerca de la Anunciación, la hubiera fijado durante la cuaresma y quedaría la mayor parte de los años imposibilitada su celebración.
La reforma de Pablo Vl el 14 de febrero de  1969,  además de atribuir a la celebración de la Visitación el grado litúrgico de "festum", la  trasladó  al 31 de  mayo; de este modo la festividad de la Visitación de María viene a situarse entre las  solemnidades de la Anunciación del Señor (25 de marzo) y de la Natividad de san Juan  Bautista (24 de junio), pues así "se adapta mejor a la narración evangélica".
La Iglesia alemana, sin embargo, ha conservado la fecha del dos de julio, para celebrarla junto con los luteranos. En la comunión anglicana es una conmemoración. En la Iglesia Ortodoxa  se adoptó en el siglo XIX, por la labor litúrgica del Archimandrita Antonin Kapustin (+1894), sin embargo, no ha sido aceptada por todas las Iglesias bizantinas.



II. Interpretación litúrgico-pastoral de la fiesta 
Evidentemente, el tema de la celebración de la fiesta de la Visitación de María lo da el  relato del evangelista Lucas (1,39-56); en torno a este núcleo evangélico se desarrollan las  restantes partes de la liturgia del día.
Se podría valorar ese relato como un idilio familiar o a modo de una instantánea de la
vida cotidiana de María; pero con ello no se captaría su valor profundo, puesto que la
Escritura inserta este episodio en un amplio marco histórico-salvífico bien reconocido por la
exégesis moderna: en el encuentro entre María e Isabel -en el cual se engasta el pasaje
profundamente simbólico entre Jesús y Juan- se da la tensión y el paso entre los dos
tiempos salvíficos, concretados en el encuentro vivo de dos representantes de cada una de
las épocas respectivas ("La ley y los profetas llegan hasta Juan; desde entonces se
evangeliza el reino de Dios...": Lc 16,16). Pues bien, comprender este importante
"acontecimiento salvífico", en el que la Virgen ejerce un papel excepcional junto al Hijo, es
realmente entrar de lleno en el corazón de la fiesta. En esto nos sirven de guía válida los
textos litúrgicos del nuevo misal romano.



III- Fondo bíblico y eucológico
El misterio celebrado en la fiesta nos la ofrece la doble primera lectura prevista en el propio del día. Ambas inciden en el trasfondo del relato lucano que desarrolla el tema  del traslado del  arca de la alianza. De esta manera puede manifestarse la celebración  de   los maravillosos efectos salvíficos que se realizan no sólo en María, sino también alrededor de ella, y que nos atañen no poco también a nosotros; si, en cambio, se escoge como primera lectura la perícopa de Romanos, en el evangelio se pone de relieve el tema de la solicitud plena de caridad de María para con su parienta Isabel, necesitada de ayuda.
Los textos de las oraciones del nuevo formulario tienen el mérito de intentar una relectura en forma existencial del acontecimiento celebrado en  este día  manifestando algunas dimensiones del gesto
singular realizado por María con Isabel. Más aún, se puede decir que las tres oraciones
 La colecta, ante todo, pone de relieve que cuanto hizo María es obediencia a la moción
del Espíritu divino; la oración sobre las ofrendas, por su parte, focaliza la acción de la Virgen como un gran acto de amor hacia el prójimo: "Señor, complácete... como te has complacido en el gesto de
amor de la virgen María al visitar a su prima Isabel". La oración después de la comunión, finalmente, pone de relieve la alabanza y acción de gracias de la Virgen santa: "Que tu iglesia te glorifique, Señor, por todas las maravillas que has hecho con tus hijos; y así como Juan Bautista exultó de alegría al presentir a Cristo en el seno de la Virgen, haz que tu iglesia lo perciba siempre vivo en este sacramento..."

Hoy, con María e Isabel renovamos nuestra esperanza y entonamos el Magnificat: Dios  está de parte de los pobres y está viniendo para hacer justicia.

miércoles, 27 de mayo de 2020

CULTOS DEL VENERABLE ORDEN TERCERO DE SERVITAS DE CARMONA






En las Reglas definitivas de los terciarios servitas establecidos en el templo del Salvador de Carmona,  aprobadas en 1784,  se estipulaban los días y ocasiones en el que la Orden debía celebrar sus reuniones para el culto, bien para la Eucaristía, para las vigilias o luminarias o exequias, pero nada se apunta de otras prácticas piadosas que le eran propias.




 

La vida de oración y las festividades que debían celebrar los seglares servitas  estaban fijadas en las constituciones  de la “Consortio Servorum sanctae Mariae” de Martín V que nos presentan un tipo de vida basada en la fraternidad, oración y pobreza. La oración común subraya el ritmo monástico  pues los integrantes debían recitar todas las horas canónicas, en el caso de no poder hacer el oficio canónico debían rezar 28 padrenuestros y 14 en las vísperas, más 7 en cada una de las demás horas. A cada padrenuestro debía unirse un Ave María en honor de la Virgen (Cap. VI La recitación de las horas canónicas); de igual forma debían recitar 50  salmos del salterio ante la noticia del fallecimiento de algún hermano - en el caso de no saber leer debía rezarse cien padrenuestros y al final de cada uno dales Señor el eterno (Capítulo décimo sexto Muerte de hermanos y hermanas y sufragios) Las reuniones generales para participar en la Eucaristía se fijaban Cuatro veces al año, en las fiestas de Navidad del Señor, Resurrección, Pentecostés, Asunción o Natividad la Virgen (Capítulo octavo. Confesión y comunión )a las que debían asistir confesados para poder comulgar.

 

Las constituciones de Martín V conocieron a lo largo de los siguientes años diversas "modificaciones" o mejor dicho ciertas interpretaciones para poder adaptarlas a los cambios sociales y espirituales de las comunidades de terciarios servitas. En España, como ya hemos apuntado en otros estudios, contaron con un manual dado a la imprenta en 1687 bajo el título del "Congregante y siervo perfecto de la SSma. Virgen de los Dolores"  por el Provincial de los Siervos de María en Aragón, el P. Fray Lorenzo Reymundínez, autor también del  "Septenario y Corona dolorosa" que sirvió para extender esta práctica piadosa propia de las congregaciones y terciarios servitas. En Andalucía se pudo contar con otra obrita publicada por el Arzobispo de Granada Don Diego Escolano: "Constituciones de la Congregacion de los devotos Siervos de Maria Santissima [...] fundada en el año de 1668 " y que serviría como base para la redacción de las reglas particulares de muchas de las congregaciones de nuestra región.




 

Los cultos en la Regla de 1783.

 

La vida cultual de la Orden Tercera de Carmona queda recogida en los capítulos VIII al XI en los que se determinan las "Fiestas en obsequio de la Virgen Santísima" (8), los ejercicios de piedad (9); los días de misa con comunión general (10) y "De los sufragios de los Hermanos Difuntos" (11).

 

Los principales días de celebraciones se centralizaban como es lógico en las fiestas marianas existentes en la liturgia de ese momento: Dolores, Asunción, Natividad y Purificación - entendiéndose por el día de la Candelaria- . En estas festividades la congregación debía citar por escrito a sus hermanos avisándoles de la celebración de ser Misa de Comunión General lo que les obligaba a realizar días previos la Confesión y determinándose en la Regla: "que hasta que nuestros hermanos ayan comulgado, no empiezen  a arrimarse a la varandilla (comulgatorio) ntras. hermanas"(10) evitándose de este modo la proximidad de ambos sexos en una misma fila.

 

La celebración de las denominadas  Misas de Comunión General fueron de uso frecuentes por parroquias, hermandades y congregaciones para solemnizar determinados días y hacer participar a un mayor número de fieles, pues las misas diarias y en muchas parroquias las dominicales se celebraban al alba por lo que una gran parte de la población trabajadora le era imposible poder participar. Tras la celebración del Concilio de Trento, san Pío V prohibió la celebración de la Misa después del mediodía a excepción de la del Gallo, pues había que asegurarse el ayuno eucarístico de doce horas.  Sólo los domingos se celebraba además de la de Alba otras misas, una a hora Tercia (sobre las 09:00 hrs.) y poco antes del mediodía la Misa Mayor con sermón desde el púlpito en castellano, única parte que no lo era en latín.

 

Los fieles no acostumbraban a comulgar en las misas  pues se consideraba que el sacerdote comulgaba en sustitución del pueblo y tras la comunión debía tener unos minutos de intimidad y oración personal, de forma que sí daba la comunión entre los fieles perdería la concentración, tan importante después de haber recibido a Dios mismo como alimento de su alma.

 

En algunas ocasiones la comunión se repartía después de la misa en el sagrario aunque en todo caso a un número muy selecto de fieles. Por eso en ciertas ocasiones solemnes donde se llamaba a la participación de los fieles a comulgar dentro de la misa ésta se designaba de Comunión General pues el ayuno eucarístico exigía entonces 12 horas sin comer antes de poder comulgar- por lo que  no se podía cenar ni comer nada desde el día anterior  sobre las 6 de la tarde-.  Se elegía por tanto para la misa de comunión general, no la del alba, sino una posterior, la de Tercia pues permitía poder cenar a la caída de la tarde. La celebración de la Misa era  rezada y sin sermón, y cuando se iba a dar comunión a los fieles se daban tres golpes de campanillas para que se acercaran a la barandilla a comulgar.

 

Terminada la ceremonia  se realizaba a continuación un desayuno y posteriormente se volvía asistir a la Misa Mayor en la que el predicador contratado exaltaba la devoción de la corporación.

Otro culto importante era el Septenario "que en memoria de sus Dolores, se haze en la Quaresma de cada año".  Se iniciaba el domingo primero de Pasión  para concluir el mismo viernes de Dolores - según determina la Regla- lo que comportaba seis días de cultos centralizados en la exposición del Santísimo  con la participación de importantes predicadores pues la homilía debía ser siempre una exaltación de los valores de la Orden y de su espiritualidad; el Viernes de Dolores se realizaba "con plátika y Procesión de Escapulario que hace esta Congregación la tarde del Segundo Domingo de cada mes".  Igualmente se determina en la regla para este día que "siempre que tenga fondos para ello aya de dar comida a los pobres de la cárcel el día de Viernes de Dolores de cada año".






Para la celebración del Septenario los hermanos debían contribuir "con diez y seis maravedíes cada hermano y hermana anualmente" (C.VIII).  Cultos que debieron de contar pronto con afluencia de fieles pues dos años más tarde el cabildo "acordó poner bancas" para su celebración ya que en esa época sólo las personas de cierto nivel económico llevaban sus sillas/reclinatorios para las celebraciones religiosas permaneciendo la mayoría de pie o en el caso de las mujeres sentadas sobre esteras. (Acta del 31 de marzo de 1786)

Durante el año los terciarios se reunían todos los viernes del año en el templo del Salvador para realizar "el ejercicio de la via-sacra y que en estos mismos días de fiesta se hace la corona de ntra. Dolorosa Madre en su Capilla, y ante su Altar" (C.IX).  En la obra el Congregante perfecto se determina esta celebración semanal en la que tras una larga meditación se asperjaba a los fieles durante diversas oraciones, la lectura del Evangelio del domingo precedente, y luego  dos de los terciarios se colocaban junto al altar para sostener un crucifijo y el otro una calavera mientras que el Corrector daba lectura a cada dolor de la Santísima Virgen a los que se añadiría el rezo del Padrenuestro, Ave María y Gloria. En cuaresma podía imponerse el Ejercicio Penal o aplicación de disciplina.

Otro momento en lo que los siervos se reunían y sostenían culto era con motivo del fallecimiento de algún hermano por el que debían aplicarse "Siete Misas rezadas en memoria de los Siete Dolores de María Santísima en su Altar y Capilla" y que debía celebrar el Corrector y se abonaban mediante el pago de cuatro maravedíes por el resto de terciarios, limosna que recogía el Padre de Almas.






Cultos no reglados

La orden tercera debió de contar con cultos propios  en san Bartolomé diferenciados de las Esclavas, pues  las quejas sobre ello  subyacen en gran medida en los inicios del pleito entre la congregación rosariana y los terciarios. En el Cabildo constituyente se acuerda celebrar otra serie de celebraciones que no aparecen en las recién aprobadas Reglas y que se dan a entender que cuentan ya con cierta costumbre entre sus miembros, como era la celebración todos los viernes  de una misa cantada  "y que después de concluida se diga y se haga su Rogativa por su aumento (de la orden) y demás remedios espirituales y temporales de nuestros hermanos , que se pida por el Barrio siempre que se verefique no haber devoto  que pague el estipendio por ella" (Acta. 3 de diciembre de 1784).  

De igual forma se aprueba organizar el cobrar las Luminarias a los hermanos "haciéndose el callejero correspondiente por el dicho Padre Cura Corrector".

Nos llama la atención que la reunión mensual para el culto que mantenían los miembros de las órdenes terceras, no esté determinada en la regla pero si se alude a ella como ya hemos mencionado al tratar del Viernes de Dolores donde se sugiere "la Procesión de Escapulario que hace esta Congregación la tarde del Segundo Domingo de cada mes". Siendo curioso el domingo elegido pues lo acostumbrado era el tercer domingo y no el segundo, creemos que el cambio quizás se pueda deber a dos razones: bien por qué las esclavas ya lo celebraran en ese día o por no rivalizar con las otras órdenes terceras establecidas en los conventos de franciscanos, dominicos y carmelitas de la ciudad, que contaban con siglos de presencia en ella.  Los servitas iniciaron este culto mensual  celebrándolo con solemnidad y por las calles colindantes de la Parroquia del Salvador lo que vendrá a provocar un nuevo enfrentamiento con las Esclavas que protestan ante las autoridades este modo de proceder ya que no estaba recogido en las reglas del Orden Tercero. Particular que se describe en las actas y que en otro momento dedicaremos un estudio.

A lo largo de las siguientes centurias los cultos continuarán sin cambio alguno, sólo los que las diferentes crisis sociales, sanitarias y económicas van a imponer en determinados momentos. A mediados del Siglo XIX se incorpora un Quinario en honor del Niño del Dulce Nombre - desconocemos en qué mes se realizaría- pero por las partidas económicas podemos suponer debía celebrarse con cierta solemnidad y para el que compusieron diversas Coplas al uso del momento. La unión con las Hermandades Sacramentales y de Ánimas de la Parroquia fomentó el culto eucarístico, realizándose para ello un magnífico manifestador en plata de ley con el escudo de la congregación, compuesto por dos óvalos con el corazón traspasado en uno y el anagrama de Cristo en el otro, todo bajo un pabellón y corona real. Las piezas de plata de este manifestador se encuentran en la Parroquia de Santa María, unas sin uso y otras aplicadas a una pieza que se usa desde hace algunos años como fondo del crucifijo en el altar portátil  que se usa para la novena de la  Virgen de Gracia Patrona de Carmona.






Práctica devocional diaria.

Las Constituciones de Martín V estipulaban que los terciarios - en ese momento vivían junto a los conventos de la Orden- se unieran a la celebración de las Horas Canónicas o bien lo sustituyeran por el rezo de Padre nuestros; al erigirse las congregaciones de terciarios fuera de los conventos o vivir lejos de ellos los seglares están impedidos de poder asistir, por lo que se determinaron diversos momentos en los que con diferentes oraciones el terciario consagraba el día y sus labores a Dios por medio de su devoción a la Santísima Virgen tal como recoge el Padre Fray Lorenzo Raymundínez. Cada uno de estos momentos contaban con oraciones propias, lo que fomentó la edición de pequeños libritos oracionales que acompañaban a los hermanos y poder hacer las oraciones al levantarse, a media mañana, antes de comer, a media tarde y antes de dormir. Los sábados, día consagrado a María, el devoto podía ayunar o realizar alguna mortificación.

Otras prácticas habituales era la visita a los enfermos pobres, visitando los hospitales y procurando meditar con ellos; realizar sufragios por las almas del Purgatorio; tratar bien a los criados - si los tuvieran- y dar limosna a los pobres. Todo un ejercicio y práctica de las obras de Misericordia.

jueves, 21 de mayo de 2020

HALLAZGO DE UNA ANTIGUA MEDALLA DE LA ORDEN.


Recientemente hemos recibido la donación de una medalla que puede datarse en el siglo XVIII y en la que figuran nuestros Siete Fundadores antes de su canonización - 1 noviembre de  1888- y la Dolorosa con siete puñales. 

Se ha recibido esta pieza  procedente de un hallazgo casual, unos particulares de Carmona adquirieron en un mercadillo de antigüedades una pequeña caja en cuyo tapa figuraba un grabado que creyeron era de la Virgen de Gracia de Carmona pues el reborde del marco ocultaba la leyenda de la imagen.  Por mediación de uno de nuestros hermanos  supieron que la imagen era la de Nuestra Señora de los Milagros del Puerto de Santa María y les aconsejó abrir la caja metálica para sacar el grabado y poder comprobar la dimensión de la estampa. En la parte inferior puede leerse: Ntra.Sra. De los milagros. Patrona del Puerto de St.Mª. Año de 1762"



En la parte posterior de la caja  apareció un pequeño paquete envuelto en papel tipo seda y en su interior un papel con la siguiente inscripción: " Reliquias del sayal/ y paños y medalla del hermano/  Miguel Manrique de Sevilla/ Donado capuchino en Jerez/ murio el 21 de Diciembre/ de 1808".  En su interior se pudo observar la existencia de dos sendos pequeños fragmentos de tela cosidas, una de tipo estameña de color marrón y otra de un tejido de lino en su color, en medio de los cuales se halló una pequeña medalla con las imágenes de la Dolorosa y de los Siete Padres.  Desconocemos por el momento datos de este religioso que debió morir el olor de santidad y llama poderosamente la atención la medalla con las devociones de la Orden servita pues era poco conocida en Andalucía, hubiera sido más lógico alguna de santos franciscanos  capuchinos a la que pertenecía este donado - seglar que vivía la vida de los religiosos sin haber emitido los votos-.


El hallazgo tuvo lugar tras navidad, pero es ahora cuando la familia, a la que pertenece  la caja, nos ha donado la medalla una vez pasada la cuarentena del C-19
Descripción de la medalla
La medalla se encuentra con el asa perdida y una data probablemente de los años posteriores a 1725, fecha de beatificación de los Siete Fundadores de la Orden de los Siervos de María que figuran en el reverso recibiendo  el escapulario de la manos de la Virgen,  y al dorso la Dolorosa con las siete espadas.
La medalla presenta el "lanato", efecto que obtienen este tipo de piezas cuando han estado cosidas entre telas y el roce produce esta forma de desgaste  por abrasión suave. La sustitución del asa por un pequeño ojal en la parte superior nos confirma que estuvo cosida con probabilidad en la camisa interior cerca del corazón como era habitual entre las personas devotas.


- Orden emisora: Servitas
- Material: bronce
- Fábrica: fundida
- Asa: carece
- Datación: s. XVIII
- Tipología: ovalada
- Dimensiones: 25 x23 mm
- peso: 5 g.
- Material: bronce
- Listel: gráfila perlada

Anverso: Escena de los siete fundadores de los Servitas ante la imagen de María que les ofrece el escapulario. Algunas cabezas nimbadas
Leyenda: (SEP).B.F.O.S. M (SIETE BEATOS FUNDADORES DE LA ORDEN DE SIERVOS DE MARÍA)
Reverso :Dolorosa sedente como es típico verla en las medallas servitas, portando las siete espadas .
Exergo: Roma (muy deteriorado)


viernes, 15 de mayo de 2020

MADRE CARMEN GOZA YA DE LA DIVINA MISERICORDIA.



En el día de hoy nuestra Fraternidad ha recibido la triste noticia del fallecimiento de Madre Carmen, religiosa de la comunidad de Agustinas Recoletas Descalzas  de Carmona que recientemente se ha unido  la del convento de Chiclana. Desde hace unos días hemos estado orando por su débil estado de salud que se ha agravado por su avanzada edad.
Madre Carmen nació en Barruecopardo,  población  de la comarca salamantina de  Vitigudino, muy joven ingresó en el convento de las Agustinas de Salamanca desde donde se trasladó a inicios de la década de 1980 al de Carmona para reforzar su comunidad, se entregó a ella con generosidad en el trabajo y en la oración mantenida hasta su enfermedad.
Durante muchos años sirvió a sus hermanas como Priora de la comunidad sin menoscabo de realizar todos los trabajos más humildes.  Durante esos años se retomaron los lazos de unión entre nuestra Fraternidad y la comunidad de las Agustinas, concediéndose entre ambas  Carta de Hermandad en  2009 y que ella concedió y firmó como Priora ante la imagen de nuestra Madre dolorosa que fue exprofeso trasladada al convento. Años más tarde acogió en la clausura del monasterio, durante los meses previos a su bendición, a la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia de la que las Agustinas Descalzas fueron sus Madrinas, ante las dificultades que surgieron mantuvo unidas a sus hermanas y en nosotros alimentó la confianza en la misericordia de Dios.



Han sido muchos años de convivencia con la Comunidad y en la que Madre Carmen fue siempre un ejemplo de servicio a cuantos han necesitado de ella,  disponibilidad para cumplir la misión a la que fue llamada según los diferentes  contextos, tiempos y lugares que inducía en ella el Espíritu.  

Damos gracias a Dios por haber llamado a nuestra hermana Carmen a la vida religiosa, una vida plena que ha testimoniado con su servicio a todos su llamada a la Santidad. Ahora, a pesar de la tristeza de estos momentos en los que nos unimos en oración a sus hermanas de comunidad, mantenemos firme nuestra esperanza porque seguro estamos de que ella intercederá por nosotros ante Dios. Hoy será el Señor de la Misericordia el que responda a sus vivas¡¡-con los que despedía anualmente su imagen en la mañana de Pascua- diciéndole: Ven, bendita de mi Padre
Goce ya Madre Carmen del lugar reservado para los justos.

sábado, 9 de mayo de 2020

EL GOBIERNO DE LA ORDEN TERCERA A TRAVÉS DE SU REGLA PRIMITIVA.( y 4)





Oficios de la Junta del Venerable Orden Tercero. 1784-1930

Las reglas tipifican los cargos y sus funciones, así como aquellos que son elegibles directamente por el Cabildo General cada tres años o por un mandato anual y loscargos que designa la Junta o el Corrector.



Cargos por elección

CORRECTOR. 
La Regla  determina su elección cada tres años y lo define como "cabeza de Ntra. Hermandad y Orden" , debía ser sacerdote y confesor; tenía como función ordenar todo lo tocante a "lo espiritual como dar hábitos y profesiones, dar consejos a los que lo necesitan, alentar a los pocos fervorosos para el ofrecimiento y leer las meditaciones". Era realmente el presidente de la congregación tal como estipulaban las Constituciones.
HERMANO MAYOR.
La congregación estaba, al igual que ahora, dividida en la Orden compuesta por los hermanos profesos o de hábitos y fieles devotos que se agrupaban en la Real Cofradía o Hermandad de los Siervos, para ambos grupos existía el Hermano Mayor que  en la mayoría de las órdenes terceras servitas, recibía el título de Prior, y que en nuestro caso se reserva a la presidenta de las mujeres.
Era un cargo que vendrán ostentando los laicos. Su función era la de la administración de los asuntos menos espirituales: "entender en todo lo económico de ntra. Orden, el proponer en los Cabildos y señalar las horas  de los ejercicios(cultos)"
MAYORDOMO.
El cargo es denominado como "Mayordomo de Ntra Hermandad y Presidente de Ntra. Orden",  la elección se realizaba cada año. Tenía como misión "hacerse cargo del dinero...cuidar de la conservación de las alhajas y bienes...preparar las fincas, pagar el tributo y cobrar todas las rentas". Estaba obligado a dar cuentas anualmente y apuntar las partidas en los libros contables "y no pudiendo tener en su poder más de quinientos reales, lo restante se deposita en el Arca de Tres Llaves" , de la que curiosamente no posee pues los claveros eran el corrector, el hermano mayor y el secretario.
SECRETARIOS
De los dos hermanos que debían ocupar la secretaría, sólo se votaba el primero ya que el segundo era designado por la Junta para sustituir al primero en caso de ausencia. Su misión era además de la de dar fe y acreditar la documentación, cuidar el Archivo "el cual se le ha de dar por una lista que contenga todo lo que hay". En los cabildos lee la Regla, las peticiones y actas y da aviso de la convocatoria de las reuniones a los hermanos profesos. Como curiosidad es quién recibe las limosnas y las anota "expresando el día, mes y año" comunicándolo al Mayordomo cuando tenga que dar las cuentas.
CELADOR
Tenía como principal tarea la de repartir las Demandas - especie de bandeja o bacineta para solicitar las limosna para el culto-, tarea que algunos hermanos podían rechazar, en el caso de no ser justificada su excusa "ha de pagar cuatro reales de vellón" que era una considerable "multa". Igualmente repartía las convocatorias para las reuniones, tareas para las que un sólo hombre podría llegar a ser un importante trabajo, razón por la que la Junta queda habilitada para nombrarle un compañero.
COMISARIOS.
Su nombramiento es quizás el más original pues se trata de dos oficiales a los que se les denomina como Comisario más antiguo y moderno; se elegía cada año un hermano para ocupar el cargo de moderno, ocupando el de antiguo el que se había votado el año anterior y cuya misión era además la de Consiliario en la fraternidad; Reymundínez los denomina Discretos siendo uno sacerdote y otro seglar, aunque en nuestra Regla no se determina.
La función de ambos era la organización de todos los actos y en las procesiones: "el más moderno va delante a distancia proporcionada del más antiguo"
SUBCORRECTOR
Le correspondía sustituir al corrector, por lo que obviamente debía ser sacerdote, aún así se elegía anualmente.



Cargos de designación
PRIOSTE
Su nombramiento es por designación anual de la junta y no es votado por los hermanos, tenía a su cargo la custodia de la cera de cuyo consumo ha de dar cuenta; cuida  igualmente de los cirios y del paño (estandarte) "donde quiera que se llevaren"; dentro de sus funciones como sacristán tiene bajo su responsabilidad el toque de la campana, limpieza de los objetos...
PADRE DE ÁNIMAS
Su misión es la de pedir y recoger limosnas para la celebración anual de las honras fúnebres de los fallecidos "y poner todo cuidado para que no se detengan las misas que la Hermandad tiene obligación de decir por los que entre año mueran". Su nombramiento es cargo de confianza y se nombra por la Junta anualmente
MAESTRO DE NOVICIOS
"toca acompañar a los que toman el Santo Hábito y profesan, instruir y exhortar a los novicios". Se designaba anualmente.
ENFERMEROS
Se trataba de dos hermanos a los que nombraba la Junta entre los que habían ocupado con anterioridad el cargo de Corrector o de Hermano Mayor, para visitar a los hermanos " cuando están enfermos de cuidado" (graves) y tienen obligación de avisar al Corrector.
La administración de bienes.
Los artículos 12, 13, 14 y 15 tratan sobre el funcionamiento de la Junta y la gestión de recursos y bienes.  Mensualmente había de celebrarse reunión de Junta:" Ordenamos que para el buen regimen de ntra. Hermandad y Orden se junten los oficiales un dia en cada un mes, y en el traten todo lo combeniente para la recta administración" (C,12) teniendo como especial cuidado "de que las Fincas esten reparadas y corrientes para que se cumplan las obligaciones y cargas que tiene".
Los ingresos procedían de dos importantes partidas, las limosnas y las rentas de las casas o campos que la Orden había recibido por donaciones.  Las aportaciones de los hermanos en forma de limosna se recogían como donativo de ingreso en la Fraternidad y era el Secretario quién las debía de anotar "con toda claridad pondrá en el Libro que a este fin tendrá" correspondiendo al Mayordomo justificar en qué las ha usado "este no gastara cosa alguna que no sea en utilidad de ntra. Hermandad y de todo tomará recivos" (c.13).
Los hermanos no satisfacían más cuota que la de ingreso y que les aseguraba además un número determinado de misas a su fallecimiento - ya en el siglo XIX se impondrá la cuota mensual, una vez que le han incautado los demás bienes y corresponderá esta aportación para mantenimiento de los cultos y salida procesional-. El mantenimiento de los jubileos mensuales se hacía mediante  ofrecimiento de familias o hermanos que se hacían cargo de ellos; el estipendio y derechos parroquiales de las  misas y exequias por los hermanos difuntos se obtenía de la demanda o petición que debía hacer el Padre de Ánimas entre los hermanos y devotos, a veces por las calles y en los días de mercado.
Los capítulos catorce y quince se dedican al traspaso de los bienes de una junta a otra una vez cada tres años y "en un día lo más inmediatos". Los cargos que debían reunirse para registrar la trasmisión eran: el Celador; los Mayordomos,  Priostes entrante y saliente,  y el Secretario.  Se revisaba el Libro de Inventario, registrándose en él los enseres  que hacía entrega al mayordomo y si alguna de las alhajas no se encontraba en buen estado correspondería al saliente subsanarlo, se levantaba acta  y se le hacía la advertencia al mayordomo entrante que "si faltare algo...se le ha de pedir jurídicamente, y nada podrá este desbaratar sin lizencia de la Junta". Con los enseres que dependían o custodiaba el prioste se realizaba siguiendo el mismo protocolo. 
Los fondos contables y libros de contabilidad se traspasaban en otra reunión a la que además asistían los dos Diputados nombrados para realizar un arqueo de la caja,  comprobando los gastos y los recibos que aportaba el mayordomo saliente "y de otra suerte no se le aprobarían otros gastos sino que sean los gastos menores" teniendo la orden y el mayordomo ocho días para la liquidación de las cuentas; posteriormente una vez aclaradas, la firmará en conformidad el Corrector con la obligación de informar al cabildo sobre el estado de  la economía de la Orden "para que si tiene alcance (pérdida) se acorte de gastos hasta satifacerlos" (C.15)




La primera Junta de la V.O.T. de los siervos de Carmona. 1784
El 30 de noviembre de 1784 se reune el "Cavildo gral. del Establecimiento de Ntra. Congregon. de siervos de María y elecciones". Se da lectura a un despacho del sr. Provisor del Arzobispado nombrando por Corrector y Director de los terciarios a don Juan de Mexias, cura del templo del Salvador y autorizando a que "este pueda nombrar Otro individuo para que le haga sus veces en las ausencias y enfermedades según lo prevenido en la Bula del gral. de la Religión de los Siervos de María" nombrando como sub-corrector a don Lorenzo García, Pbro.
Don Tomás Nieto que era hasta ese momento el promotor del grupo " hizo presente(...) el que se devían señalar los demás hermanos que se ordenan en las constituciones (...) y en su virtud por aclamación de todos fueron nombrados por Ministro al referido Dn. Thomas Nieto ; por comisario primero Don Manuel Gonzalez, Pbro; por comisario segundo a Dn. Andres García de Bustamante; por mayordomo a D. Joseph Ign. Domínguez; por secretario primero a Dn. Manuel de la Rua; por Secretario segundo a Dn. Joseph Gutierrez; por celador a Don Joseph de Oya, Pbro.; por Padre de Animas a Dn Juan Gonzalez de Marchena, Pbro. y por enfermeros a Dn. Nicolas Gallardo, Pbro. y Don Francisco Ojeda, Clérigo de Menores." . Algunos de ellos ya habían venido ocupando esos cargos en anteriores "juntas", de once cargos, seis de ellos eran ocupados por sacerdotes y algunos de ellos pertenecientes al clero Parroquial del Salvador.
A continuación se designaron los oficios para la Junta de las hermanas: "Priora de la Congregación, Dña. María Canelo; subpriora Dña. Petronila Parrilla; Maestra de Novicias Dña. Luisa González; y por enfermeras Dña. María Pintado y Dña. Teresa Nabarro, a quienes se le hiziere saber por ntro. Corrector y oficiales que se señalase".
Ordenándose que al inicio del Libro de Actas se colocase copia de las Reglas para que en los Cabildos pudieran leerse y que las actas de las reuniones se firmasen.

A.O.T.S.C.
.- Libro de Cavildos y Junta de la congregacion y ord. tercero de los Siervos de María Stma. de los Dolores establecida con la Rl. aprovación de Nro. señor el salvador desta ciudad de Carmona. año de 1784.
-.“Real Provisión de S.M. aprobando la costitucion y reglas del Venerable orden tercero de Siervos de María situada en la Iglª. parroquial de N.S. el Salvador. 1784”
.- REYMUNDINEZ,FRAY LORENZO.- El congregante perfecto y siervo perfecto de la santísima Virgen de los Dolores, o sean, Estatutos para el Régimen de las Congregaciones de Este Título 3º de Servitas.    texto de la edición de 1755.

jueves, 7 de mayo de 2020

LA SANTISIMA VIRGEN MARIA, MADRE Y MEDIADORA DE GRACIA.


8 de mayo. Memoria opcional para los Siervos de María.



" En tu misericordia has realizado grandes cosas en su Madre, la Bienaventurada Virgen María: la has constituido madre y abogada nuestra, para que en ella los afligidos encontraran consuelo, los enfermos salud, los pobres ayuda, los pecadores refugio, todos los hombres misericordia y gracia. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria" canta el prefacio de la Misa que en el año 1971, aprobó la Sagrada Congregación para el Culto Divino y que se encuentra en el Misal de la Orden de los Siervos  con el título de Beataae Mariae Virginis gratiae Matris ac Mediatricis que, en fiel armonía con la doctrina del Concilio Vaticano II, conmemora a la vez la función maternal y el papel mediador de la Santísima Virgen.  Los textos  eucológicos - de las oraciones de la liturgia- son de gran importancia para definir el papel de María como Mediadora o asociada a Cristo.

Concesión de la Misa y Oficio Litúrgico de la memoria litúrgica. 1918
La celebración de esta Misa se debe al movimiento mariano mediacionista que inició en Bélgica el Cardenal Mercier en la segunda mitad del XIX. El episcopado de ese país en unión del clero, universidades, etc. elevó en 1913 una súplica a San Pío X para que fuera elevada la Mediación a rango de Dogma. En 1918 se concede la Misa y el Oficio de la Virgen Mediadora de Todas las Gracias a la Iglesia belga y con posterioridad a algunas órdenes religiosas y diócesis, en la de Sevilla se concedió en 1980 como memoria obligatoria para el 5 de agosto.


La Mediación de María en el Concilio Vaticano II.
En el primer esquema presentado a los Padres conciliares se desarrollaba este tema en el depósito de la Fe aunque la última sitúa la mariología en la historia de la salvación, mientras que el proyecto primero partía del magisterio de la Iglesia.  El tema fue muy debatido a lo largo de todo el Concilio y aprobado el 21 de noviembre de 1964 e incluido en el C. VIII  de Lumen Gentium. Aunque la palabra «mediadora» sólo aparece una vez en todo el capítulo, sin embargo la idea de la mediación de María está presente de modo constante en todo el texto. No podía ser de otro modo tratándose de una realidad o función inseparable de su misión maternal: "Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora. Lo cual, sin embargo, ha de entenderse de tal manera que no reste ni añada nada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador” (LG 62). Temas que inspiran y desarrolla la iconografía de nuestro Palio.
Misa de la B.V.M. Madre de la Gracia y Mediadora. 1971
La Congregación para el Culto Divino aprobó en 1971 los textos de esta Misa en la que se conjunta el papel maternal de María con su mediación, cuyos textos eucológicos se encuentran en el Misal de la Virgen con el número 30.  No aparece en el Calendario Universal de la Iglesia pero se celebra en multitud de Diócesis y aparece en los misales de diferentes órdenes que lo han solicitado, como es en el caso de los Siervos de María  concedida como Memoria para el 8 de mayo.  Con pequeñas variantes -como es en nuestro caso en el que cambia el texto del prefacio- el esquema general  nos presenta a la santísima Virgen, «madre y medianera de gracia», porque Dios Padre, «por misterioso designio de (su) providencia» (Colecta: cf. Prefacio), la asoció a la obra de la redención humana (cf. Colecta, Prefacio.) Madre de la gracia es la Virgen maría, porque llevó «en (su) seno virginal al Dios y hombre verdadero» (Antífona de entrada) y nos dio al mismo «Autor de la gracia» (Colecta; cf. Aleluya). Medianera de la gracia es la Virgen María, porque estuvo asociada a Cristo en la obra de procurarnos la gracia suprema, esto es, la redención y la salvación, la vida divina y la gloria sin fin (cf. LG 61). En el formulario la «mediación» de la santísima Virgen es rectamente interpretada como una «generosa entrega de amor de madre» (Prefacio): «de intercesión y de gracia, / de súplica y de perdón, / de reconciliación y de paz» (Prefacio).


Origen histórico y evolución del tema de la Mediación. Siglos III/XIX
Aunque es una verdad no definida, la mediación de la Virgen es una creencia que se desarrolla a partir de la solicitud maternal de María por todo el género humano en la misión redentora de su Hijo, que forma un todo con ella, y se extiende a todas las gracias que nos ha adquirido Cristo. El pueblo cristiano la ha celebrado desde tiempo inmemorial: por ejemplo la oración Sub tuum praesidium, escrita en griego aproximadamente en el 250 y otra oración de Efrén de Siria (306-373) afirma: Después del mediador, la mediadora de todo el mundo. En el siglo VII está ampliamente desarrollada en los escritos del Doctor de la Mediación que es San Germán de Constantinopla. Las advocaciones marianas  de  Amparo, Auxiliadora, Consolación, Gracias, Merced, Milagro, Misericordia, Patrocinio, Providencia, Refugio, Remedio, Socorro, plasman la mediación.  La himnología medieval occidental canta el papel de María como abogada y mediadora, las predicaciones de san Bernardino ayudaron a extender esta doctrina que se incluye en la segunda parte del avemaría.

En nuestro país el Rey Felipe IV solicitó la fiesta del Patrocinio de la Virgen y que le fue concedida por el Papa  Alejandro VII en 1656, recogiendo la herencia de la piedad medieval y los antecedentes en la liturgia hispánica.   A partir de  la segunda mitad del siglo XVIII la mariología conocerá  un auge inaudito que buscará la declaración de varios dogmas marianos.