Una de las costumbres más antiguas que conservan los frailes de la Orden de los Siervos de María es la de ofrecer por Pascua de Resurrección a la Virgen Dolorosa una corona de flores, como compensación por los sufrimientos de la Pasión y principalmente como signo de alegría por el triunfo sobre la muerte que supone para la humanidad la Resurrección de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
Por este motivo nuestra Fraternidad ha querido recuperar esta tradición, perdida en Carmona desde hacia años, así que este lo hemos celebrado, conjuntamente con la festividad de la Divina Misericordia. Sobre estas lineas dejamos constancia de la misma con la curiosa fotografía de nuestra querida Titular ataviada con la corona de flores.
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