viernes, 10 de agosto de 2018

350 AÑOS DEL CULTO A LA VIRGEN DE LOS DOLORES Y DE LA ESPIRITUALIDAD SERVITA EN ANDALUCÍA ( y VI)




V. de los Dolores de Mora. Granada

 

LA CREACIÓN DEL MODELO ICONOGRÁFICO DE LA VIRGEN DE LOS DOLORES EN ANDALUCÍA

 

La concepción actual de la imagen exenta de la Dolorosa es muy tardía en el arte español pues será durante el barroco cuando se desarrolle. A fines del siglo XVI aparecerá un modelo que se prodigará y se extender con apabullante celeridad como es el  trasunto del cuadro de la Virgen de la Soledad que Gaspar Becerra realizó para los mínimos de Madrid, devoción e iconografía   que la reina Isabel de Valois había importado de los Países Bajos en 1565.

 

Este modelo de la Virgen en Soledad revestida siguiendo los usos del luto cortesano de los Austrias se apartará de las representaciones tradicionales de la Dolorosa, pues nos la presentan sin relación directa con escenas de la Pasión: al pie del Crucificado, Calle de la Amargura o el más difundido como era la Piedad.

La aparición del modelo de la Virgen de los Dolores tendrá que esperar aún un siglo después de la Soledad y será deudor de ella.

 

La  iconografía de la Dolorosa ocupa un lugar preeminente dentro de la escultura española de los siglos XVI-XIX, en sus versiones devocional y procesional, alcanzando un notable desarrollo en los imagineros andaluces. A lo largo del XVII se irá creando el patrón iconográfico de la Dolorosa  gracias a las aportaciones de Pedro de Mena y José de Mora que resultarían trascendentales para el triunfo imparable de dicha temática, pues abandonan la evidente rigidez de aquellos ejemplares de la Virgen doliente  situados en las décadas finales del Seiscientos y sobre todo en nuestra región será a partir del modelo creado por José de Mora para el oratorio granadino de los Padres Filipenses y que éstos extenderán en las sucesivas fundaciones andaluzas sin abandonar la combinación  de belleza femenina robusto y  el patetismo que nos muestran "unas mujeres muy bonitas que lloran... no habrá arte quizás, pero habrá emoción y belleza" en palabras del estudioso Ricardo de Orueta.



 


 Virgen de los Dolores, obra de Mora.



V. de los Servitas (Osuna)       


Antigua y Siete Dolores(Ig. Santiago, Sevilla)   

   

 Virgen de los Dolores (Ig. Magdalena, Sevilla)

La Virgen de los Dolores de los Filipenses Granadinos, paradigma de la dolorosa andaluza.

En el corto período en la que Don Diego Escolano  ocupó la sede Granadina (1668/72)se producirán una serie de acontecimientos concadenados que determinarán en los siguientes siglos la devoción y las prácticas litúrgicas- devocionales de gran parte de la población andaluza, promoviendo  a la vez la aparición y desarrollo de un modelo propio de la Virgen de los Dolores que abarcará a todas las artes plásticas.

 

Si en 1668 los seglares servitas habían alcanzado el reconocimiento litúrgico de la fiesta propia del tercer domingo de septiembre en torno a la contemplación de los dolores de Nuestra señora, será el Arzobispo granadino quien en ese mismo año implante la espiritualidad de los Siervos de María en Andalucía al erigir en la capital granadina la primera Orden Tercera  y sucesivamente en otras localidades próximas. Junto con la solicitud a la reina Regente para implantar en España la Misa y Oficio de los servitas, el Arzobispo trasladará en 1671 la celebración de la Virgen de las Angustias  de Granada del  9 de febrero - fiesta de la Aparición- al mes de septiembre adoptando los usos  devocionales de la Orden Servita con ocasión de la consagración del nuevo templo  de Ntra. Sra. de las Angustias. Le correspondió consagrarlo a Escolano el 13 de septiembre de ese año y lo hizo con Vísperas y Misa Pontifical propias de esa festividad servita, “con la mayor ostentación y grandeza que hasta ahora se habrá visto en esta ciudad”, según el testimonio recogido por Miguel A. López. Las fiestas se prolongaron durante ocho días.

 

La primera fundación en tierras andaluzas de los Filipenses será en  Granada y ocupará el episcopado  de Escolano pues no fueron pocas las dificultades:  falta de l fondos en el patronazgo, la negación de recursos por parte de la Corona, las repetidas negativas del propio Arzobispo... llevará a los filipenses a plantear una estrategia para conseguir el beneplácito de Escolano, sabedores de su devoción por la Virgen de los Dolores encargarán una imagen de esta advocación y pondrán bajo su advocación el nuevo templo. El resultado será la licencia del Arzobispo al establecimiento del oratorio y su patrocinio para la obra, convirtiéndose así en el primer templo dedicado a los Dolores de Nuestra Señora en territorio español.


 

La Virgen de los Dolores presidiendo el altar con San Juan Pablo

 

El escultor José de Mora y la imagen de Nuestra Señora de los Dolores.

El famoso escultor contaba con treinta años cuando recibe en 1671 el encargo de realizar una efigie bajo la advocación de Nuestra señora de los Dolores. Había nacido en Baza y era pariente
del insigne Pedro de Mena y trabajando con Alonso Cano quien lo introduce en la corte de Carlos II en 1666 y alcanzando el título de escultor de cámara. De regreso en Granada en el otoño de 1670, recibe el encargo de la que será su obra cumbre, la Virgen de los Dolores (actual Virgen de la Soledad del Calvario) para el Oratorio de San Felipe Neri. El 2 de febrero de 1671 se inicia la obra y  se trasladó en procesión nocturna el 1 de agosto de ese mismo año. La imagen es deudora de la creada por Gaspar Becerra, de la que Alonso Cano había realizado una pintura para la catedral granadina.  Mora recrea y populariza el tema de la Dolorosa a la que dispone arrodillada y transmisora de un contenido dolor de notable carga idealizadora con una profunda introspección sicológica, sin alardes expresivos de su  emoción interior.


 




Pie de foto.  V. Dolores. Convento de Madre de Dios de Carmona.

 

El 5 de noviembre de 1671 el Arzobispo traslada al templo filipense a la tercera orden servita que había establecido dos años antes, movido por  la calidad de la obra realizada, la unción religiosa, la fama de milagrosa de la talla antes de la llegada al Oratorio. La obra sufrirá en 1707 un cambio en la disposición original de las manos que ofrecía entrelazadas - modelo que si seguirán otras dolorosas deudoras de ésta-, pues colocada a cierta altura la posición dificultaba la visión del rostro por lo que José de Mora las colocará de forma absolutamente novedosa entrecruzadas sobre el pecho.




Si la imagen de Gaspar Becerra fijó el tipo iconográfico de la Soledad  durante el gobierno de los Austrias menores, esta obra de José de Mora será el prototipo de la Virgen de los Dolores bajo los primeros Borbones, en gran parte a la expansión de la espiritualidad servita desde el foco granadino y a la labor de los filipenses que al ir fundando en diferentes ciudades andaluzas pondrán los oratorios bajo la nueva advocación e instaurando el culto y el modelo iconográfico creado por Mora. 




 

 Dolorosa. Convento Filipenses, Sevilla.




 Pintura de la antigua capilla Siete Dolores. Sevilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario