jueves, 19 de julio de 2018

350 AÑOS DEL CULTO A LA VIRGEN DE LOS DOLORES Y DE LA ESPIRITUALIDAD SERVITA EN ANDALUCÍA (IV)


Reina Regente Mariana de Austria.
350 Años de la solicitud Real para extender a los reinos hispanos la festividad litúrgica de los Dolores de la Virgen.
En  artículos anteriores de esta serie hemos venido estudiando dos conmemoraciones muy importantes para el culto a la Virgen de los Dolores: el establecimiento de su  fiesta litúrgica y el de la orden tercera en Andalucía que co-ayudó a la expansión de la espiritualidad servita centrada sobre todo en ese momento en la devoción a la Virgen dolorosa.  Existe además en ese momento (1668)  una confluencia de personas que hicieron posible que hoy por hoy una de las advocaciones marianas más extendida,  nacida en el seno de nuestra orden, sea el de la contemplación de los dolores de Nuestra Señora.
Hemos reseñado también como la creación de la primera orden tercera en Barcelona y la promoción de la devoción a la Dolorosa por parte de Fray  Francisco Epifanio fue conocida por el Obispo Escolano que sucesivamente ocupó la diócesis de Mallorca y Tarazona por lo que tuvo conocimiento de la labor y extensión de los terciarios y de su devoción en la Corona de Aragón.
Cuando presentamos la figura del que fuera Arzobispo Granadino Escolano y Ledesma  destacábamos su nacimiento en el seno de una importante familia cercana a la intimidad de los reyes españoles Felipe III y IV, su padre era Aposentador Real y su madre Camarera de la reina Margarita de Austria; el pertenecer al círculo próximo a los reyes hizo posible el nacimiento de Don Diego Escolano en el Palacio Real y donde se crió pudiendo así imbuirse de la devoción mariana de la familia real por la Dolorosa pudiéndose así explicarse el deseo de propagar la devoción y la presencia de los terciarios servitas en sus diferentes diócesis.
Isabel de Valois, esposa de Felipe II, había implantado el culto a la Virgen de la Soledad en la corte y se difundió rápidamente  tras la hechura de la imagen de vestir que el escultor Gaspar Becerra realizó para el convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid. Más tarde el tema de la Soledad de raíces francesas  fue cambiando progresivamente por la devoción a Nuestra Señora de los Dolores,  advocación la de los  Habsburgos austriacos.



 Clemente IX


Clemente X
Reacción a la concesión de Misa de los Dolores a los Servitas
En 1668 el Papa autorizará a la orden de los Siervos de María el poder celebrar una segunda fiesta - fuera de la del V Viernes de Cuaresma-  en honor de la Virgen contemplando los numerosos dolores que a lo largo de su vida sufrió y que los terciarios servitas venían dedicando en el tercer domingo de septiembre, la Santa Sede concede en ese momento la Misa propia y algo más tarde Oficio Litúrgico - esta fiesta es la que en 1914 se estableció el 15 de septiembre-.
El conocimiento por parte del Obispo Escolano de esta concesión especial para los servitas promovió a que dirigiera un memorial a doña Mariana de Austria -madre del rey Carlos II- solicitando que rogara al pontífice que tal prerrogativa se extendiera para los reinos hispanos. Su petición tuvo pronta respuesta de la Reina Regente pues pocas semanas  más tarde lo solicita a la Santa Sede; una rapidez inusitada en la burocracia hispana de ese momento y que pueda deberse a que el hermano de Escolano había sido el Ayuda de Cámara del Príncipe Baltasar Carlos prometido de Doña Mariana y por el servicio leal que la familia del obispo seguía prestando, en el ambiente difícil de Palacio, a la Regente.
S.S. Clemente X  concedió Indulto Apostólico  el 29 de abril de 1671 accediendo a que en los reinos de España pudiera celebrarse  la misa y el oficio de la Virgen de los Dolores el tercer domingo de septiembre. En 1672 se conceden algunas modificaciones sobre la rubricas de esta misa. Después se suceden otras concesiones sobre el oficio y la misa (1673). En 1672 se publica la  Misa en Pamplona y al año siguiente un oficio en Barcelona y en 1675 otro en Valencia.
El movimiento servita en la Corte
En Madrid se encontraba el religioso servita fray José Gaspar Pescara, que difundía también la devoción a la Dolorosa publicando el libro: Breve historia del origen y progressos de la sagrada Religion de los Siervos de Maria Santissima, refundido mñás tarde en otro publicado en México. este servita impuso  el escapulario de los Siete Dolores, según él mismo cuenta, a la reina Mariana de Austria, a sus damas y a la Corte, en la iglesia Real de San Jerónimo de Madrid, e incluso al cardenal Savo Mellini, al inquisidor general y al Patriarca de las Indias. Es la época en la que fray Narciso Madiona, fray Narciso Galindo, y fray Lorenzo Reymundinez, realizan grandes esfuerzos para fundar en Madrid y extender la Orden Tercera. Raymundinez escribiría un manual que ha venido sirviendo durante siglos a todos los terciarios; según este religioso -que concedió el escapulario al Rey Carlos II y a su esposa-  son los monarcas: «devotos de la Virgen Sacratissima Dolorida en cuyo catalogo entran [...] y las exemplarissimas Magestades de nuestro Augustissimo Emperador de Romanos, y Rey Catholico de España Carlos Tercero de Austria, y de Isabel Christina su carissima Consorte, los quales expressan su ardiente devoción todos los años, viniendo al oratorio de los Congregantes a venerar a la Santissima Virgen, y acompañarla en sus dolorosas angustias».
La extensión de la fiesta a América queda atestiguada por la petición de indulgencias para las Cofradías de los obispados de Guatemala, Honduras y Nicaragua según relata Francisco de la Concepción y Urteaga. Además, la amplia producción bibliográfica española sobre el tema también salió fuera de nuestras fronteras, siendo utilizada por autores como fray Agostino Alevazoli.

S.M. Mariana de Austria  


 Virgen de los Dolores. Granada
El memorial de Escolano a la Reina Doña Mariana.
Siendo Arzobispo de Granada Don Diego Escolano tendrá noticias de la concesión a los terciarios servitas de una nueva y especial fiesta: la de Nuestra señora de los Dolores a celebrar con Misa y Oficios propios el tercer domingo de septiembre. El prelado estaba determinado a lograr el rezo público y fiesta de los Dolores de María para los reinos de España por lo que dirigió un razonado escrito  a doña Mariana de Austria en forma de  extenso memorial en el que se alude   a la devoción que a este misterio habían tenido los servitas, en místicos como Santa Brígida de Suecia y en la propia casa Habsburgo en su rama imperial austriaca - a la que pertenecía Doña Mariana-; a las inclinaciones marianas de su difunto esposo Felipe IV, que había obtenido del Papado las festividades del Patrocinio de Nuestra Señora (1655) y octava de la Inmaculada Concepción (1662); y  sobre todo  a las circunstancias concretas de la reina y de su pueblo: “¿A quién, Señora, toca más que a V.M. el interponerse en petición tan justa, estando viuda, en desconsuelo de tan gran pérdida como la del Rey nuestro señor, con tribulación y congojas por el mayor acierto en el gobierno de estos reinos, trabajada con tan continua ocupación y afligida con los trabajos que nos envía Dios por nuestras culpas, y que una señora viuda y dolorosa pida socorro a otra que lo estuvo tanto, y una reina de la tierra que cuida el aumento y conservación de sus vasallos acuda a la Reina del Cielo?». Un símil que la escultura o la imaginería de la época recalcará al vestir la reina y las imágenes de la Dolorosa las mismas prendas de luto o mongil.
La fundación de la comunidad  filipense en Granada hubo de realizarse bajo la devoción y título de la Virgen de los Dolores, tomando como propia esta advocación, implantándose en otras ciudades en las que van a ir fundando.  En la crónica de los filipenses se narra cómo el 2 de junio de 1671 en el que se obtiene el permiso de erección del Oratorio en Granada don Diego Escolano recibió carta de la reina, informándole haber conseguido de Clemente X la bula papal.
Existe un ejemplar de  la obra de Escolano en la Biblioteca Nacional de Madrid que presenta un grabado de Cornelio de Beer con la representación de los Siete Dolores de María. Está publicado en 1670  en  Granada en la Imprenta de Baltasar de Bolívar  con el título: Memorial a la reina nuestra señora en que se suplica interponga su real autoridad para que Su Santidad conceda a estos reinos de España festividad y rezo de los Dolores de María Santísima Madre de Dios. Editado en  1670.  También se conserva un escrito en la Fundación Lázaro Galdeano, inv. 11962(5)bajo el  título: Para la súplica a Su Santidad en orden al rito y culto mayor de los SS. Dolores… Opúsculo sin fechar, de principios del XVIII.


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