jueves, 17 de abril de 2014

LA HORA DE LA MADRE TENDRÁ LUGAR EL VIERNES SANTO




La meditación tendrá lugar en la tarde del Viernes Santo en el Convento de las Agustinas Descalzas  a las 15  hrs. y no en la capilla sacramental de Santa María como se había venido realizando tras la Hora Santa de nuestra Fraternidad ante el Monumento.

Esta oración propia de la  Orden de  los Siervos nace para orar junto a María y contemplar el dolor de la Madre. Tras la Hora de Cristo  en la tarde del Viernes santo, llega la “Hora” de la Madre, “Hora”  totalmente suya, en la que ella, la Mujer, la Hija de Sión, la Madre de la Iglesia, vivió la prueba suprema de la fe y de la unión con Dios Redentor. Esta celebración se inspira en el rito bizantino, del que presenta, entre salmos y lecturas, una selección de  “troparios” (breves estrofas poéticas en canto) con melodías compuestas para la ocasión por el Maestro Luigi Lasagna. El tema de la celebración es el dolor de Cristo y de la Madre, pero rebosando de esperanza.

Los fieles y devotos contemplan a María destrozada por el dolor del Hijo sacrificado y sepultado, por la ingratitud e infidelidad del pueblo elegido, por la traición y el abandono de los discípulos más íntimos, por la cerrazón de todos en creer que resucitaría como había predicho, también ella pasa por la tentación de la duda, a la que resiste heroicamente agarrándose a las palabras del Hijo y a la fidelidad del Padre omnipotente. Es la Madre de nuestra fe. Creyó contra cualquier evidencia, esperó contra toda esperanza.

Desde los primeros siglos la Iglesia de Oriente y de Occidente sintió y celebró este misterioso lazo que une, como puente, el Viernes Santo y el Domingo de Pascua, en ese día toda la Iglesia se recoge en su corazón de Madre, y con la Iglesia se recogieron y florecieron en ella las esperanzas del mundo. Pasando  a través del corazón de María, y miró a la Virgen como representante y expresión de toda la Iglesia redimida, que espera con temor el alba de la resurrección. Así lo han sentido los fieles, por lo que en el Misal de 2002 se recoge una  plegaria a María en el Viernes Santo, oración que reafirma el Directorio sobre la Piedad popular y Liturgia, promulgado por la Congregación para el culto divino (2002) que propone para el Sábado Santo la celebración devocional de la “Hora de la Madre” y resalta los motivos teológicos: de hecho, “la Virgen María que permanece al pie del sepulcro del Hijo es icono de la Virgen Iglesia que vigila en la tumba de su Esposo en espera, para celebrar la Resurrección” (n 147).

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