En 1714 la ciudad de Praga
decidió erigir una estatua a san Felipe Benicio
con motivo de su canonización y por la honda devoción que sentían por el
"fundador " de la Orden de los Siervos, desde entonces se puede
contemplar en el famoso puente que cruza el Moldava. La escultura sigue el patrón iconográfico :
coloca al santo portando entre sus brazos el crucifijo y los Evangelios que
pidió antes de morir, y las azucenas símbolo de su pureza de alma y
cuerpo; a sus pies aparece la tiara
pontificia que rechazó en un momento de su vida. Viste el tradicional manto o
capa que constituía un elemento significativo del hábito y la corona dolorosa.
Escultura de San Felipe Benicio. Michal Bernard Mandel. Praga.
El 22 de agosto de 1285 fallecía San Felipe Benicio
después de contemplar con devoción el crucifijo. Ha sido considerado como el máximo propagador
de la Orden de los Siervos de María por el gran impulso que le dio. Siendo el
quinto general de la orden de la Orden consiguió que no fuera abolida por los
acuerdos del Concilio de Lyon de 1274 .
El nacimiento
de Felipe Benicio es coincidente con el de la orden, nació en Florencia el 15 de agosto de 1233. Tras los estudios
universitarios decide entrar como religioso pero ocultando su doctorado en la
de Padua y Paris. Viajó en varias ocasiones tras los Alpes extendiendo la espiritualidad de la Orden en los territorios
de los Habsburgo. En 1269 estuvo a punto de ser elegido pontífice, sucesor de
Clemente IV, pero movido por su sentimiento de indignidad, huyó y buscó refugio
en una oquedad del monte Amiata. Allí entendió que debía difundir el amor a
María. Volvió a reaparecer cuando se hizo pública la elección de Gregorio X. Las crónicas de la vida de San Felipe están
llenas de prodigios y leyendas en los que destaca una gran devoción a María
igualada por su gran atención a las necesidades físicas y espirituales de
quienes le rodeaban.
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