martes, 20 de agosto de 2019

SAN FELIPE BENICIO.

En 1714 la ciudad de Praga decidió erigir una estatua a san Felipe Benicio  con motivo de su canonización y por la honda devoción que sentían por el "fundador " de la Orden de los Siervos, desde entonces se puede contemplar en el famoso puente que cruza el Moldava.  La escultura sigue el patrón iconográfico : coloca al santo portando entre sus brazos el crucifijo y los Evangelios que pidió antes de morir, y las azucenas símbolo de su pureza de alma y cuerpo;  a sus pies aparece la tiara pontificia que rechazó en un momento de su vida. Viste el tradicional manto o capa que constituía un elemento significativo del hábito y la corona dolorosa.


Escultura de San Felipe Benicio. Michal Bernard Mandel. Praga.




El 22 de agosto de 1285 fallecía San Felipe Benicio después de contemplar con devoción el crucifijo.  Ha sido considerado como el máximo propagador de la Orden de los Siervos de María por el gran impulso que le dio. Siendo el quinto general de la orden de la Orden consiguió que no fuera abolida por los acuerdos del Concilio de Lyon de 1274 .

El nacimiento  de Felipe Benicio es coincidente con el de la orden, nació en Florencia  el 15 de agosto de 1233. Tras los estudios universitarios decide entrar como religioso pero ocultando su doctorado en la de Padua y Paris. Viajó en varias ocasiones tras los Alpes extendiendo la  espiritualidad de la Orden en los territorios de los Habsburgo. En 1269 estuvo a punto de ser elegido pontífice, sucesor de Clemente IV, pero movido por su sentimiento de indignidad, huyó y buscó refugio en una oquedad del monte Amiata. Allí entendió que debía difundir el amor a María. Volvió a reaparecer cuando se hizo pública la elección de Gregorio X.  Las crónicas de la vida de San Felipe están llenas  de prodigios y leyendas  en los que destaca una gran devoción a María igualada por su gran atención a las necesidades físicas y espirituales de quienes le rodeaban.

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