viernes, 1 de agosto de 2014

EMILIO ARTIGLIERI, POSTULADOR GENERAL Y PRESIDENTE DE LA COMISIÓN PONTIFICIA PARA LA BEATIFICACIÓN DE PÍO XII INTERVENDRÁ EN EL CONGRESO



El Procurador del Estado Vaticano y Abogado del Tribunal de la Rota , del que ha sido Presidente, Emilio Artiglieri colaborará con el Congreso Virgo Dolorosa con una intervención sobre el papel del dolor y la mariologia del Papa Pacelli.
El Venerable Papa Pio XII, el Papa del dolor y la devoción mariana
Artiglieri  es en la actualidad Presidente de la Comisión y Postulador de la Causa de Beatificación del controvertido y sobretodo mariano Pontífice.
Recientemente Arteglieri  ha sido nombrado   por el secretario de Estado del Vaticano para las causas de Ettore Vernazza, y el de los jóvenes Focolares  Alberto MICHELOTTI y Carlo GRISOLIA, También 'Postulador en la Congregación para las Causas de los Santos de la causa de Sor M. Consolata Betrone. En la actualidad es Presidente de la Fundación Junípero Serra que colabora con la Obra Pontificia para las vocaciones sacerdotales.



PIO XII, UN PONTIFICE MARIANO


Durante el pontificado  de Pío XII (1939-1958), la Iglesia católica vive la época de oro del movimiento mariano post-tridentino, abocado a la promoción del culto a María y de la doctrina mariológica.
La especial veneración por la Madre de Jesús logra la máxima incidencia en la primera mitad del siglo XX, hasta el punto de que el beato Juan XXIII se refirió a ella como a la era de María.
La devoción de Pío XII a María era ferviente, y su mariología, riquísima. La devoción del pontífice también se expresó a través de una serie de escritos - 400 documentos oficiales-que buscaban promover la presencia de María en la vida y en el pensamiento de la Iglesia.
Los eventos relevantes del magisterio mariano de Pío XII son muy numerosos. Primero de todo, en la famosa encíclica “Mystici Corporis Chirsti” (del 29 de junio de 1943), el Papa precisa el lugar de la Virgen en el Cuerpo místico de Cristo, presentándola como “alma socia Christi”, es decir, Madre asociada al Hijo en toda la obra redentora. En 1950 proclamó como Dogma de Fe la Asunción de María y en 1954  celebró el primer Año mariano de la historia, con motivo del centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción. 


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